Hola. Bienvenidos. Comparto con ustedes el tema que recientemente presentamos en el programa de radio "En frecuencia con Jesús", este pasado Viernes 11 de Septiembre. Tuvo como asunto "La palabra del Reino". Nos basamos en la muy conocida Parábola del sembrador que predicó Jesús y que quedó registrada en el evangelio según Mateo capítulo 13;1-9 y que después fuera explicada por el mismo Cristo en Mateo 13;18-23 y Lucas 8;11-15.
En el mensaje encontramos cuatro reacciones ante la palabra del Reino, representadas por cuatro tipos de corazones (o terrenos): el corazón cerrado, el superficial, el distraído y por último el corazón sensible. Conviene que nos preguntemos: ¿qué tipo de corazón tengo? ¿y...usted? Investiguémoslo. Opriman en el reproductor a continuación:
En el capítulo 17 del libro de los Hechos de los Apóstoles, encontramos distintos sermones predicados por un mismo evangelista, San Pablo. Es interesante analizar y reflexionar, aunque brevemente, sobre la forma en que el apóstol a los gentiles presenta el mensaje de Cristo en estas distintas oportunidades. Conviene que conversemos con el pasaje bíblico como lo haríamos con un amigo. Haciendole preguntas: ¿en dónde?, ¿a quiénes?, ¿cómo?, ¿basado en qué?, ¿qué resultados hubo?
Veamos el primer mensaje. Este aparece a partir del versículo uno. Pablo se encuentra en la ciudad de Tesalónica, la cual contaba con una sinagoga, lugar de reunión cultual de los judíos, así como también de gentiles que simpatizaban con la religión judía. El predicador se encuentra en el recinto judío de culto. Tanto sus compatriotas como aquellos asistentes que simpatizaban con la religión judaica, iban ahí a escuchar la recitación y lectura del Antiguo Testamento, como también a elevar oraciones y escuchar cánticos al Dios único. Había pues una audiencia afable (por lo menos al principio), bien dispuesta a escuchar a un rabino plenamente entrenado en la exposición de las Sagradas Escrituras del antiguo pacto. Es por esto que Pablo toma como partida, y basa la exposición de su mensaje, en los rollos de La Ley, Los Profetas y Los Salmos (la triple división en que el pueblo judío conocía las escrituras antiguas). Esto lo encontramos en el versículo tres.
Ahora bien. San Pablo utiliza estos pasajes escriturales para interpretarlos de manera cristocéntrica, como también podemos advertir en el versículo tres. Como resultado observamos que algunos (entiendase judíos) creyeron, "griegos piadosos" en gran número y también muchas mujeres nobles. En suma, un predicador cristiano presenta su mensaje en la sinagoga, ante una audiencia afable y dispuesta que tiene un buen nivel de confianza en las escrituras veterotestamentarias como autoritativas. Lo hace "discutiendo", "declarando y exponiendo" dichas escrituras con una interpretación cristiana, y tiene como resultado muchas conversiones.
En la predicación en Berea (vv.10-12) prácticamente el evangelista encuentra el mismo escenario y circunstancias que en la ciudad de Tesalónica. Ingresa en la sinagoga (v.10), se encuentra con una audiencia judía en su mayoría (v.10), que está todavía más dispuesta que la audiencia Tesalonicense. Este auditorio, después de escuchar al predicador, filtra todo su mensaje a través del análisis escritural (v.11b). ¡Excelente actitud! ¿Resultado? Muchos convertidos, entre los cuales se encontraban mujeres griegas de distinción así como también muchos hombres (entiendase griegos simpatizantes de la religión judía, que se encontraban en el proceso de conversión al judaísmo). Un panorama prácticamente idéntico al encontrado en Tesalónica.
En el primer sermón en Atenas (v.7a), podemos asumir en base a los dos ejemplos anteriores, que Pablo encuentra el mismo ambiente y auditorio que en los dos anteriores. Sabemos que la estrategia evangelística Paulina en cada ciudad visitada, era tomar como primer peldaño del establecimiento de una misión, o bien como trampolín, la visita y presentación del evangelio en la sinagoga judía. En ella, como hemos visto, encontraba una audiencia inicialmente afable y receptiva ante la predicación escritural presentada por un fariseo como él. Una vez que los oyentes escuchaban la aplicación de las escrituras del antiguo testamento con un carácter cristocéntrico y se definían a favor o en contra de ella, Saulo encaraba grandes problemas, violencia física, el rechazo y la expulsión de aquel centro de culto judío (vv.5-10). Sin embargo, con la audiencia que había aceptado la predicación cristiana y se había convertido, el evangelista pasaba a hospedarse en casas o algunos otros recintos particulares, en los cuales trabajaba para la edificación y crecimiento de las iglesias nacientes (Hechos 19;9).
Ahora pasemos al análisis de los siguientes sermones evangelísticos (vv.7b-31). Aquí es donde se pone más que interesante el asunto, por la diferencia de circunstancias en las cuales el mismo predicador tiene que publicar algunos de sus siguientes mensajes.
San Pablo se encuentra ahora en Atenas, Grecia. Dicha ciudad había visto mejores tiempos anteriormente. En la fecha en que Pablo se encuentra ahí (inicialmente no era su propósito predicar, sólo esperar a sus compañeros de ministerio), Atenas era una de las ciudades más pobres del Imperio Romano. Había poca población, aunque conservaba algo de su antigua gloria. Famosa por sus templos a las divinidades paganas, lo era más por sus escritores y filósofos (Sócrates, Platón, Aristófanes, Eurípides y otros).
En Atenas pues, la sinagoga judía no fue el único foro en el que Pablo predicó. El no se limitó en su preocupación evangelística sólo a aquellos que tenían actitud favorable a las sagradas escrituras del antiguo testamento. Como buen cristiano y honrando su ministerio a los gentiles, su espíritu se enardece al ver la ciudad entregada a la idolatría y derrama su corazón también por aquellos que no le han escuchado en la sinagoga. El no se limita a enternecerse y preocuparse por una sola clase de oyentes. Le interesan también las almas eternas de los demás, aquellos que tienen una actitud muy distinta a la audiencia dispuesta y amable que encontró en los primeros días de predicación en la sinagoga. Sabe que el mensaje del evangelio debe llegar a todo el mundo, a todas las naciones, a todas las personas, de todos los trasfondos culturales, como lo dejó dicho nuestro Señor en "La Gran Comisión". Por cuanto todos somos pecadores, todos necesitamos desesperadamente escuchar las buenas nuevas. Y los filósofos Estoicos y Epicureos (v.18), entre otros, que encuentra en la plaza (no ya en el templo, ni en el púlpito de las sinagoga, sino en la plaza, en el "ir y venir" de la vida diaria), también son pecadores necesitados de la redención en Cristo, la cual es presentada por el evangelio. De manera que Pablo se hace presente con su predicación también ante esta tan distinta audiencia en tan diferente lugar.
No tiene ahora Pablo ante sí una audiencia dispuesta, sino una audiencia adversa, una audiencia hostil (v.18). No es una que tenga por lo menos un poco de fe en las escrituras del antiguo testamento como la palabra del Dios único. No. Se encuentra ante oyentes de un tipo muy diferente a aquellos con los que se topó dentro de las sinagogas. Es "la crema y nata" de los pensadores de aquella ciudad. Pero aunque sabios y "cultos", también son pecadores paganos, y necesitados de redención. Por ellos Cristo murió también y asi se los hace saber al predicarles "el evangelio de Jesús, y de la resurrección" (v.18). ¡Qué maravillosa preocupación la de Pablo! La Biblia en Lenguaje Sencillo nos dice que él, de su misma pluma escribió para otra congregación:
"Tengo que anunciar esta buena noticia a todo el mundo, no importa que sepan mucho o no sepan nada, ni que sean humildes o importantes. Por eso tengo tantos deseos de ir a Roma. La buena noticia es poderosa..." (Romanos 1:14)
Pablo reacciona de manera distinta en la segunda parte de su mensaje. Y digo segunda parte, ya que tuvo que retomar lo que inició en la plaza, cuando es trasladado al Areópago desde el lugar público en donde lo principió. La colina de Ares (Areópago) era el sitio donde se reunía el tribunal de la ciudad. Al parecer, lo que había en aquella audiencia era una especie de curiosidad irrespetuosa, más que un deseo de analizar judicialmente al mensajero (v.19).
En el segundo sermón ante los filósofos, vemos que el hombre de Tarso utiliza una base distinta y un procedimiento diferente para dirigirse a estos oyentes, aunque persiguiendo el mismo resultado, la conversión de las almas.
Hace algunos años vi una película titulada "Pedro y Pablo" que era estelarizada por Anthony Hopkins en el papel de San Pablo. Cuando llega a la escena de la predicación en el Areópago, vemos a un apóstol iracundo gritando mientras señala a los altares griegos: "¡Idolos, ídolos!". Pero no es eso lo que dice la escritura. En primer término Pablo inicia su sermón con unas palabras de elogio a sus oyentes (vv.22-23). El historiador Justo L. González nos dice que esta forma de introducir el sermón se llamaba en aquellos tiempos "captatio benevolentiae". No ataca en este momento a sus ídolos, sino que se acerca a sus oyentes diciéndoles que son "muy religiosos". Aunque enseguida de manera sutil les hace saber que ellos, aunque se creen muy sabios, adoran (tienen un altar también) al "Dios no conocido". Es decir, ignoran algo.
Aunque no abre ante su auditorio un rollo del Antiguo Testamento como seguramente lo hizo en las sinagogas, no deja por ello de citar de manera no textual a Isaías 42;5 en el versículo 24.
Enseguida cita en su predicación a... ¡un poeta y a dos filósofos grecorromanos! En la frase sermonaria: "Porque en él vivimos, y nos movemos y somos", cita a Epiménides de Creta . Y en la sentencia: "Porque linaje suyo somos" cita a los filósofos estoicos (recordemos que le predicaba a la escuela estoica) Cleantes y Arato. No faltan incluso comentaristas que han visto en este discurso, referencias al décimo libro de "La República" de Platón, en la que este pensador griego menciona al gran Arquitecto del universo "que hace todas las cosas que nacen del suelo y da vida a todos los seres vivientes".
¿Que dónde aprendería Pablo poesía y filosofía grecolatina? No lo sabemos con certeza. Pero en lo personal no creo (y en esto coincido con John Pollock, uno de los biógrafos de Pablo), que lo haya hecho mientras era un fariseo más que celoso de la ley mosaica (Filipenses 3;4-6) y un aplicado discípulo a los pies de uno de los mas famosos rabinos de Jerusalén, Gamaliel (Hechos 22;3). Esto para él hubiese sido en esa época una pérdida de tiempo, si es que no una especie de blasfemia. Es más que posible y probable que lo haya hecho siendo ya cristiano, durante los años (tres, en una primera instancia y alrededor de diez en una segunda, en los que casi nada se sabe de Pablo) en que, poco después de convertido regresó a Tarso, su ciudad natal, y transitó por varios lugares de Arabia antes de presentarse a los apóstoles de manera "oficial" (Hechos 9;18-30 y Gálatas 1;15-2;1).
Y es que Tarso, la ciudad en que el apóstol a los gentiles nació, era una Ciudad principal de Cilicia, la parte sudeste de Asia Menor. El Imperio Romano comenzó a penetrar en Cilicia en el 104 a.C. y cuando la convirtieron en provincia romana, Tarso fue la capital (64–63 a.C.). De este tiempo data la ciudadanía romana de los judíos residentes allí. Un filósofo de nombre Estrabo, cerca del año 19 a.C., habla del entusiasmo de sus habitantes por la filosofía. Así era Tarso cuando Pablo nació: una fusión de influencias orientales y grecorromanas. Se considera que esta ciudad universitaria, amante del estudio, tuvo que ejercer una fuerte influencia sobre aquel a quien Dios designó como su mensajero al mundo no judío. Considero que ese conocimiento que Pablo obtuvo, era una parte de las herramientas que, como predicador al mundo gentil, le habrían de ser de utilidad en ocasiones como esta, ante audiencias del tipo aquí descritas.
Es muy interesante además notar, que si bien es cierto que San Pablo utilizó muchas veces su testimonio al predicar, al menos en esta ocasión no fue así. Y es que los filósofos ante quienes hablaba, representaban los guardianes de la ética en Atenas. Para los Estoicos “lo bueno” era vivir de acuerdo con la razón y no dejarse vencer por las pasiones. Para algunos Epicureos lo importante era huir de todo aquello que provocaba tensión. De ahí que a veces acostumbraban negarse a placeres que les causaran alguna adicción.
Por lo anterior, es probable que el apóstol estuviera ante gente a la que nuestra sociedad hoy consideraría “buena” (aunque nosotros sabemos que solo Dios es bueno). Así que cabe la posibilidad que Pablo no incluyera en este mensaje su testimonio, considerando que sería más útil incluir temas de la propia cultural de sus oyentes, para después presentar el evangelio de Cristo.
Pero no se limita el mensajero evangélico a citar la filosofía y poesía a su auditorio, sino que apuntala su sermón con los temas que todo mensaje cristiano debe tener en su parte central: el arrepentimiento, el juicio de Dios por el pecado y la resurrección del Cristo crucificado (vv.30-31). ¿El resultado? Una audiencia dividida, como cuando predicaba en la sinagoga. Con burlas y desprecio como en la sinagoga(v.32), pero con conversiones también (v.34). Uno de los miembros del tribunal que lo escuchó, Dionisio (quien según la tradición llegó a ser el primer pastor de iglesia Ateniense), y además de él Dámaris y algunos otros se entregaron a Cristo. Este es el sublime propósito que debe perseguir toda presentación del evangelio, independientemente del lugar y del tipo de audiencia: almas para Cristo. Y en este caso así fue también. Quienes juzgan que estos números son pocos para hablar de conversiones, bien harían en revisar Hechos 8;26-39, relato en el que encontramos al Espíritu dirigiendo a Felipe a evangelizar y bautizar a un solo hombre.
De todo lo anterior yo aprendo lo siguiente: tenemos ante nosotros como cristianos, la comisión de compartir el evangelio ante varios tipos de audiencias. Un tipo la encontramos en nuestros templos, en los hogares, en los grupos de estudio bíblico semanales. Ahí tenemos oyentes afables, dispuestos, abiertos, receptivos a nuestro mensaje. Son personas sencillas, benditas sean, que ya poseen por lo menos un nivel básico de fe y confianza en la Biblia como la palabra de Dios. Ante ellas hemos de comunicarnos con solo la Biblia en la mano, ya que no tendremos necesidad de algo más. Bueno, quizá alguna anécdota o historia útiles para ilustrar y darle vida e interés al mensaje bíblico que expongamos. Pero ante ellos no hay mayor necesidad de acudir a argumentos ajenos a la Biblia. Solo a la bendita palabra de Dios. Ellos representan a los tesalonicenses, bereanos y atenienses de la sinagoga judía.
Pero también tenemos otra clase o clases de audiencia. Aquellas compuestas por esa gran cantidad de personas que hayamos "en la plaza", en el diario ir y venir de la vida pública. En el "Areópago" también, quizá. Amigos, vecinos, compañeros de trabajo, condiscípulos, transeúntes, compañeros de asiento en el transporte público, en el avión que viajamos, jefes de departamento, gerentes y directivos de empresas, universitarios, profesores de nuestros hijos, etc. Todos ellos también están profundamente necesitados del evangelio. También por ellos Cristo sufrió, murió y resucitó. Para redimirlos y hacerlos partícipes de su presencia eternamente. No podemos sencillamente ignorarlos o limitarnos a compartir el mensaje salvador a aquellos que nos escuchan en los templos, en los púlpitos, en las células de estudio bíblico con una actitud amable y abierta. Tenemos que extendernos, ir más allá, salir a "la plaza", al "Areópago" si es necesario y tratar de publicar las buenas nuevas a todo el mundo, como lo ordenó Cristo. Aunque a veces tengamos que encontrarnos con personas curiosas e irrespetuosas, que carecen de la más mínima confianza en la Biblia como palabra de Dios, a semejanza de aquellos filósofos atenienses de la colina de Marte, ante quienes Pablo también predicó.
Se nos preguntó en alguna ocasión, en medio de una conversación en la oficina, respecto a la fe : "¿De veras crees en el infierno?". A raíz de ello surgió el tema publicado también aquí en el blog: "El infierno,...¿existe o no?".
Un buen amigo mío en la ciudad de Tijuana, que ha viajado a la India, me dice que Jesús es uno mas de los muchos "Grandes Iniciados", pero que no es el Dios encarnado y Salvador del mundo. Derivado de ello surgió el tema: "¿Por qué es Jesús tan especial?".
Hace algunos meses me encontré al revisar el libro de primaria de uno de mis hijos, la frase "... el hombre y el mono tuvieron un antepasado común, de acuerdo a lo que enseña la teoría de la evolución de Darwin". A raíz de ello surgió el tema: "¿Por qué creer en la creación y no en la evolución?", y le prestamos durante varias semanas a la maestra de mi hijo, un libro que habla del fraude de la teoría de la evolución y que termina con un claro mensaje evangelístico.
En una ocasión mientras teníamos una charla con tema religioso en un descanso en el trabajo, un ingeniero nos preguntó con tono desafiante: "¿Y por qué Cristo, Cristo y solo Cristo? ¿Por qué no Buda, Buda, Buda, por ejemplo?". Bueno, en base a ello (en parte), surgió: "¿El loto o la cruz?".
Hace algún tiempo, en el foro general de la iglesia a la que pertenezco, un joven preparatoriano solicitaba apoyo con cierta preocupación:
"La verdad yo tengo la fe en que Dios sí existe, pero resulta que mis compañeros de la preparatoria me cuestionan por eso y me gustaría demostrarles que Dios sí existe y que gobierna mi corazon. Por favor, si pueden ayudarme se los agradezco mucho. Dios los bendiga".
Por toda respuesta, un forista le contestó: "¡Qué pregunta!". Claramente nuestro buen amigo consideró que esa era respuesta mas que suficiente para que nuestro hermano que solicitaba ayuda, presentara su fe ante sus amigos de clase en la preparatoria. ¿Podemos imaginar a nuestro hermano charlando con sus condiscípulos y presentándoles el "¡Qué pregunta!" como su respuesta? ¿De qué manera estaría pues atendiendo a 1 Pedro 3;15? A raíz de esta situación, colaboramos en el foro con el tema: “Dios…¿existe o no?”, el cual ha sido publicado también en este blog.
En otras circunstancias en la oficina nos preguntaron: "¿No es arrogante decir, considerando el inmenso tamaño del universo, que somos especiales? ¿Que solo los humanos existimos en tan grande cosmos? Yo creo que debe haber otras civilizaciones, muchas, allá afuera en el universo". Y un dia distinto, meses antes, un gerente me había comentado: "Ni siquiera estamos seguros de que Cristo haya existido". De ahí surgieron los temas: "¿No estamos solos?" y "¿Existe la figura de Cristo en documentos no bíblicos?", respectivamente.
Creo que este tipo de situaciones y preguntas representan para nosotros los cristianos, oportunidades excelentes para hablar del evangelio. Presentar en "La Plaza" y "El Areópago", ya que no "en la sinagoga", a Cristo como Salvador y Señor del universo. No debemos desperdiciarlas.
Hace cosa de un año, una sobrina que estudia la universidad aquí en San Luis Potosí se hospedó en nuestra casa durante un semestre. Durante ese tiempo leyó la novela El Código Da Vinci. Naturalmente surgieron los comentarios. Ello me llevó a publicar “¿Estaba Jesús relacionado sentimentalmente con María Magdalena?”. En esa entrada del blog hago disponible un ensayo que tuvimos oportunidad de escribir en 2005 titulado Breve réplica al Código Da Vinci. Estas líneas fueran escritas como resultado de un desafío que me hizo uno de los supervisores de la empresa donde trabajé. El y muchos otros habían leído la novela, y esta persona -sabiendo que soy cristiano y que también la había leído- me retó a dar respuesta a los provocativos temas que supuestamente demuestran la falsedad mi fe. Bueno, semanas después le presentamos la respuesta que quedó en las páginas ya mencionadas.
Los expertos en evangelización nos dicen que los creyentes, "a mayor tiempo de convertidos, menor contacto con los inconversos". Y esto es plenamente verdad. Si lo ponemos en duda, no hace falta más que mirarnos a nosotros mismos. ¿Cuántos amigos no cristianos tenemos? ¿Cuánto tiempo pasamos con aquellos familiares que no son creyentes? Mientras más años de cristianos tenemos, más alejados estamos de aquellos que ocupan de Cristo. De esta manera, ¿cómo esperamos alcanzarlos para El Reino de los Cielos?
No podemos responder a la pregunta que nuestros conocidos inconversos nos hacen: "¿Por qué eres cristiano?" o "¿por qué crees que la Biblia es la palabra de Dios y que Cristo es el único camino a la salvación?" con un simple: "Oh, porque tengo fe". Esa es la misma respuesta que el mormón tiene para la pregunta: "¿por qué eres mormón?" o "¿por qué crees que el libro de mormón es la palabra de Dios?": "Oh, porque tengo fe". Es la misma respuesta que el partidario de la Nueva Era tiene para las preguntas: "¿por qué practicas esa creencia?" o "¿por qué crees que Cristo es uno más de los iluminados al igual que Buda o Pitágoras y que no murió por nuestros pecados, sino que fue solamente un gran maestro y es sólo un buen ejemplo a seguir?": "Oh, porque tengo fe". Entonces, en este caso ¿cuál de todos estos "creyentes" tiene la razón, si todos tienen fe en que su creencia es la verdadera, aunque todos creen de manera totalmente distinta?
Ante estos "Estoicos y Epicúreos" que nos topamos en "La plaza pública" o el "Areópago" (la escuela, la oficina, la universidad de nuestros hijos o los puestos gerenciales de nuestros trabajos, no en el templo), estamos obligados a responder con algo más que "Oh, porque tengo fe". La escritura misma nos responsabiliza de lo siguiente:
"...sino santifiquen a Cristo como Señor en sus corazones, estando siempre preparados para presentar defensa (apología) ante todo el que les demande razón de la esperanza que hay en ustedes. Pero háganlo con mansedumbre y reverencia,..." (1 Pedro 3:15)
Obviamente el mensaje cristiano debe presentarse ante esta audiencia diferente, de manera distinta (puesto que no estamos en el templo ni ante unos oyentes con fe). Tomando, si es posible, como base o punto de partida (a semejanza de Pablo) algunos elementos de la creencia y cultura de aquellos que nos preguntan: "¿Podremos saber qué es esta nueva enseñanza de que hablas?" (Hechos 17;19). Pero el variar la forma no implica necesariamente variar el fondo o contenido del mensaje. Si bien es cierto que Pablo usó a los poetas y filósofos grecorromanos en su mensaje ante los pensadores de Atenas, no por ello sacrificó el mensaje del Cristo crucificado y su resurrección, así como también el tema del arrepentimiento y el juicio final. No se trata únicamente de encontrar los puntos de contacto o coincidencia entre "los filósofos" que nos preguntan la razón de la esperanza que hay en nosotros, sino también de predicar con valor lo mismo que Pablo predicó en la colina de Marte: el Cristo crucificado, resucitado y futuro juez nuestro en caso de que no nos arrepintamos. Hemos de llevar cualquier tipo de mensaje a culminar en estos elementos, o de otra manera no estamos evangelizando en absoluto. Lo único que estaríamos haciendo es filosofar. Y no somos llamados a ello, sino a predicar el evangelio.
Hemos de ir a las cárceles, a los hospitales, a los centros de rehabilitación, a las zonas rurales, a los barrios bajos, a los templos, a las casas a predicar a la gente sencilla y nada complicada que no duda que la Biblia es la palabra de Dios. Pero hemos también de presentar el evangelio si es posible, en las aulas, las oficinas, las empresas y ante quien sea, del nivel cultural y económico que fuere, aunque no crea aún en la Biblia y Cristo, ya que...
"...por esto mismo trabajamos y sufrimos oprobios, porque esperamos en el Dios viviente, que es el Salvador de todos los hombres, mayormente de los que creen". (1 Timoteo 4:10).
Como dijo alguien que sabía mucho de estos asuntos: "Cuando de evangelizar se trata, el mejor método es usar todos los métodos".
“Jesús les preguntó: «Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo? »” (Mateo 16;15)
No sabemos por qué extraña razón, un premio Nobel de literatura (1950), filósofo y matemático como Bertrand Russell, se aventuró a escribir: “Es históricamente bastante dudoso si Cristo realmente existió; si es que existió no sabemos nada acerca de él”. Debido a la fuerte evidencia documental, pocos son los estudiosos serios que hoy día ponen en tela de duda la existencia de Jesús. Sin embargo los hay aún, como Russell, aunque sin elementos para defender su postura.
Bien, en esta ocasión me propongo no solo demostrar la existencia de Jesús basado en fuentes no cristianas (para que no se nos acuse de parciales), sino también demostrar que a partir de estas mismas fuentes, emerge una figura de Jesús que coincide asombrosamente con el perfil que el Nuevo Testamento nos presenta de él. Esto, por supuesto, viene a conferir autoridad a las Escrituras cristianas como documento histórico digno de confianza.
Existen alrededor de una decena de referencias al Jesús histórico y a los cristianos en documentos fuera del Nuevo Testamento (además de los aquí citados, se encuentran Luciano de Samosata, Talo, Flegonte, Mara Bar-Serapion, entre otros). Tanto escritores grecorromanos como judíos, adversos al cristianismo, escribieron acerca del Jesús que “caminó entre nosotros”. Durante la transmisión del programa de radio “En frecuencia con Jesús” en el que presentamos el tema “¿Por qué es Jesús tan especial?” (en el cual comparamos a Cristo con los más importantes líderes religiosos de todos los tiempos), me permití documentar a partir de tres fuentes grecorromanas y una judía (con las que cuento entre mis libros), la existencia de Jesús.
Opriman en el reproductor a continuación para que escuchen el extracto del programa (menos de diez minutos) en el que mencionamos estos importantes documentos del mundo antiguo:
A continuación, me permito presentarles el texto de estos documentos para su validación:
Tenemos en primer término al historiador romano Cornelio Tácito, quien escribió alrededor del año 115 d.C. y nos da un relato detallado de las cosas más importantes que ocurrieron durante su administración como gobernador de Asia. Cuando llega a la narración del año 64 de nuestra era, en que gran parte de Roma fue quemada, dice sencillamente que está de acuerdo con el punto de vista general de que el emperador Nerón fue el responsable, porque quería reconstruir una gran área en el centro de la ciudad y convertirla en su palacio. En su obra Anales capítulo XV.44 nos dice:
“Para disipar el rumor, Nerón puso como culpables a algunas personas popularmente conocidas como cristianos,... El originador del nombre, Cristo, había sido ejecutado durante el reino de Tiberio, por orden del procurador Poncio Pilato”.
Encontramos otra referencia en los escritos de un contemporáneo de Tácito, llamado Plinio el joven. Este fue otro hombre de letras enviado por el César, en el año 112 de nuestra era a gobernar en Bitinia, al norte de lo que hoy es Turquía. El escribió muchas cartas al emperador Trajano para informarle sobre sus trabajos en las provincias bajo su cargo, y también para consultarle sobre algunas cuestiones de su administración en las cuales estaba indeciso. En sus Cartas No. 97, este escritor latino nos dice lo siguiente con relación a los cristianos y a su fundador, Cristo:
“Decían que todo su error o falta se limitaba a estos puntos: que en determinado día se reunían antes de salir el sol y cantaban sucesivamente himnos en honor de Cristo, como si fuese Dios; que se obligaban bajo juramento, no para crímenes, sino a no cometer robo ni adulterio;...”
Un tercer ejemplo que podemos mencionar como fuente histórica que demuestra la existencia de Jesús proviene de otro escritor, historiador latino, llamado Suetonio quien escribiera su obra muy conocida Vida de los doce Césares hacia el año 121 de la era cristiana. El nos dice en la Vida de Claudio:
“Expulsó de Roma a los judíos, que, a instigación de un tal Cresto (Cristo), provocaban turbulencias”. (Este evento, por cierto, coincide con el registro bíblico en Los Hechos de los Apóstoles 18;2).
Por otro lado, tenemos también evidencia por parte de la nación judía. En el primer siglo de la era cristiana, un hombre llamado Flavio Josefo, quien dirigió ejércitos en la guerra contra Roma entre los años 66 y el 70 d.C. se convirtió después en historiador y escribió para tratar de eliminar la mala fama de sus compatriotas a los ojos de los romanos. En su obra llamada Antigüedades de los Judíos, Josefo nos dice:
“Y se levantó cerca de este tiempo Jesús, un hombre sabio, si en realidad se debe llamar hombre, porque hacía obras asombrosas y fue maestro de aquellos que son felices al recibir la verdad. Se ganó a muchos judíos y también a muchos griegos. Era el Cristo. En respuesta a una acusación presentada por los líderes de ellos, Pilato lo condenó a la Cruz, pero aquellos que le amaban no se dieron por vencidos. Porque apareció vivo de nuevo ante ellos al tercer día de su muerte, tal y como lo habían predicho los profetas, junto con muchas otras cosas maravillosas sobre Él”.
Una fuente más que deseo mencionar, proviene también del mundo judío. Se trata del Talmud ("instrucción" en hebreo). Este consiste en un cuerpo de leyes civiles y religiosas que incluye un comentario acerca de la ley de Moisés (los primeros cinco libros del Antiguo Testamento). En la parte de comentarios del Talmud Babilónico (escrito entre el s.III e inicios del s.VI de nuestra era), aparecen algunas porciones en donde se menciona la figura de Jesús en relación a la violación de la ley de Moisés. En dichos comentarios aparecen algunos elementos dignos de atención. Los mismos, a continuación:
“Un día (Rabí Jesúa) estaba recitando la Shema (Deuteronomio.6;4) cuando Jesús se le acercó. El Rabí hizo un gesto para recibirle, pero Jesús, entendiendo que el gesto pretendía rechazarle, puso en alto un ladrillo y lo adoró (...) Y un maestro ha dicho: «Jesús de Nazaret practicaba la magia y llevó a Israel por mal camino».” (Talmud Babilónico Sanhedrin 107b).
En otra parte de dicho documento se lee lo siguiente acerca de la figura de Jesús:
“Se enseñaba que el día antes de la Pascua Jesús (el Nazareno) fue colgado. Los cuarenta días antes de la ejecución, un pregonero anunciaba gritando: «va a ser apedreado porque ha practicado la brujería y quería que Israel pecara de apostasía. Si hay alguien que quiere decir algo en su favor, que se presente y pida misericordia por él».”
Si bien es cierto que algunos estudiosos consideran que los textos del Talmud son de escaso valor para aquellos que analizan al Jesús histórico, hay otros que piensan que de ellos pueden extraerse algunos elementos valiosos que pueden llegar a corroborarse. A este respecto M. Wilcox, en su “Jesús a la luz de su ambiente judío”, menciona:
“La literatura judía tradicional, aunque contiene pocas menciones a Jesús (y además, éstas deben usarse con suma precaución), apoyan la afirmación que hacen los evangelios de que hacía milagros y sanaba; el problema es que atribuye éstos poderes a la magia. Sí que conserva la idea de que era un maestro, y tenía discípulos..., y al menos en el período rabínico temprano aún no se sabía exactamente si se trataba de un «hereje» o de un «farsante».”
Hay otros pasajes de estas mismas fuentes que nos dicen que Jesús se proclamó Dios e incluso se señala que anunció que volvería por segunda vez (Yalkut Shimeoni 725). Sorprendentemente son los mismos enemigos judíos rabínicos de Jesús los que confirman en estos escritos (cuidadosamente considerados), las afirmaciones que hacen los evangelios de su propia conciencia de divinidad y su segunda venida.
Cabe mencionar que esta evidencia documental presentada es de gran valor debido a que sus autores no sólo no fueron cristianos, sino que fueron desfavorables al cristianismo. Y en el caso de Flavio Josefo tenemos un historiador que aunque judío, jamás fue convertido al cristianismo. De esta manera queda claramente establecida la existencia de un hombre llamado Jesús El Cristo.
Bien, ahora que hemos considerado estas importantes fuentes del mundo antiguo, quiero ir un paso más allá. Deseo compartir con ustedes el perfil acerca de la figura del Jesús histórico que emerge de estos escritores antiguos, y que han descrito dos estudiosos modernos. Uno norteamericano y el otro español. Estoy hablando del Dr. Edwin Yamauchi, profesor de historia en Miami University, Oxford Ohio, y autor de libros como “The Archaeology of the New Testament”, “Cities in Western Asia Minor” y muchos otros. También me refiero al Doctor en historia, filosofía y teología, César Vidal, autor también de muchos libros.
Del primero mencionado tenemos lo siguiente:
“Aunque no contáramos con el Nuevo Testamento u otros escritos cristianos, podríamos seguir concluyendo a partir de escritos no cristianos como los de Josefo, el Talmud, los de Tácito y de Plinio el joven, que:(1) Jesús era un maestro judío.(2) Mucha gente creía que sanaba y expulsaba demonios.(3) Los líderes religiosos judíos le odiaban.(4) Fue crucificado bajo Poncio Pilato en el reinado de Tiberio.(5) A pesar de que murió de forma vergonzosa, sus seguidores, que creían que aún estaba vivo, fueron más allá de Palestina: en el año 64 d.C. había muchos de ellos en Roma.(6) A principios del siglo II muchos tipos diferentes de gente -de la ciudad, del campo, hombres y mujeres, libres y esclavos- le adoraban como Dios.”
Del Dr. César Vidal tenemos lo siguiente:
“Resumiendo pues puede señalarse que efectivamente contamos con fuentes históricas distintas de las cristianas para conocer la vida y la enseñanza de Jesús. Todas ellas eran hostiles -a lo sumo, indiferentes-, pero, de manera muy interesante y sugestiva, corroboran la mayoría de los datos de que disponemos gracias al Nuevo Testamento y a otras fuentes cristianas. Su judaísmo, su pertenencia a la estirpe de David, su autoconciencia de mesianidad y divinidad, la realización de milagros, su influencia sobre cierto sector del pueblo judío, su afirmación de que vendría por segunda vez, su ejecución a instancias de algunas autoridades judías, pero a mano del gobernador romano Pilato, la afirmación de que había resucitado y la supervivencia de sus discípulos hasta el punto de alcanzar muy pronto la capital del imperio son tan sólo algunos de los datos que nos proporcionan -no con agrado, todo hay que decirlo- las diferentes fuentes no-cristianas. En ese sentido cabe decir, simplemente a título comparativo, que, por el número de noticias, por su cercanía en el tiempo al personaje y por la pluralidad de orígenes, Jesús es uno de los personajes de la antigüedad cuya vida y enseñanzas mejor conocemos.”
No es suficiente hacer propias las palabras de estudiosos y filósofos como Bertrand Russell acerca del tema de la historicidad de Jesús, por el solo hecho de haber sido escritas por un premio Nobel de literatura. Hace falta pensar por uno mismo y preguntarse si en realidad esas palabras tienen fundamento para ser publicadas y creídas. ¿No le parece?
Las fuentes grecorromanas y judías provenientes del primer siglo y posteriores, nos dan evidencia contundente acerca de la existencia del Cristo y de su perfil, tal y como este es descrito en las páginas del Nuevo Testamento. Como el Mesías, Dios encarnado, el sacrificio por nuestros pecados (los suyos, gentil lector, incluidos) y como aquél que vendrá pronto a darle un giro dramático a la historia mundial al restaurar todas las cosas. Pero hemos de entender que para ser partícipes de esa restauración venidera, es necesario que nos volvamos a Jesús en arrepentimiento sincero y con fe puesta únicamente en lo que Él hizo por nosotros en la cruz. Cuando derramó su sangre inmaculada por amor a nosotros y para lograr nuestro perdón.
EVIDENCIAS DE UN VIAJE Hay en estos momentos sobre mi escritorio un par de talones de boletos de avión Guadalajara-Tijuana y Tijuana-Guadalajara; uno de autobus Guadalajara-San Luis Potosí y uno más de un Taxi con el número 41063 con origen en la Terminal de Autobuses Potosina y destino a mi domicilio, con fecha 2 de Agosto. Y es que hace unas semanas, estuve junto con mi familia en aquella ciudad fronteriza durante mis vacaciones. Si alguien me escuchara relatar la ruta que seguí y los lugares que visité, y desease evidencia física que respalde la veracidad de mi relato, puede verificarla observando los documentos que acabo de mencionar. Adicional a ello puede también consultar con las personas que visité y con las que conversé en aquella ciudad. Con testigos (amigos y familiares) que me vieron, escucharon y abrazaron con aprecio, después de dos años de no vernos. Hay evidencia física y testimonial que respalda mi relato de vacaciones.
Algo parecido sucede con la arqueología. Esta ciencia, al mostrar hallazgos de objetos, herramientas, inscripciones, testimonios escritos, puede verificar la validez histórica de relatos encontrados en documentos antigüos, como la Biblia, por ejemplo.
LA CIENCIA DE INDIANA JONES ¿Quién de nosotros no ha visto por lo menos una de las películas de Indiana Jones? En lo personal las he disfrutado varias veces con mi familia. Entre los videos que tengo, cuento con “Los cazadores del arca perdida”, “Indiana Jones y la última cruzada”. También tenemos el videojuego para PC “Indiana Jones y La Tumba del Emperador”. No me gustó mucho la última historia, salida relativamente de manera reciente, “Indiana Jones y el reino de la calavera de Cristal” ya que es muy repetitiva en relación a las trampas que el arqueólogo profesor de la universidad Marshall de Connecticut, debe enfrentar. Pero bueno, uno pasa por lo menos un rato agradable viendo las peripecias y acrobacias que Harrison Ford debe ejecutar al encarnar al profesor Indy.
Es interesante ver cómo en “Los cazadores del Arca perdida”, la ciencia de la arqueología, la ciencia de Indiana Jones, ayuda a localizar ese misterioso objeto descrito ampliamente en las páginas bíblicas, el Antigüo Testamento. Es divertido observar una vez más que “los buenos” terminan triunfando sobre “los malos” (Hitler y sus secuaces), evitando así que el mal prevalezca. Y es que el héroe del filme, el estudioso de las culturas ancestrales y sus amigos, impiden que ese “reactor nuclear” (así describen en la película al “Arca de la Alianza” cuyo diseño fue dado al pueblo de Israel por Dios), sea usado con fines malvados.
Efectivamente, la arqueología es una ciencia que nos ayuda a identificar, localizar y recuperar los vestigios (como el Arca de la Alianza) que culturas antigüas han dejado como rastro y evidencia de su paso por el tiempo. Creo útiles algunas definiciones relacionadas a esta disciplina, extraídas del “Diccionario Bíblico Arqueológico” del editor Charles P. Pfeiffer, editorial Mundo Hispano, las cuales presento a continuación.
ARQUEOLOGÍA:"La arqueología es el estudio científico de los materiales remanentes que han dejado los hombres de épocas pasadas".
ARQUEOLOGIA BIBLICA:"Hay muchas ramas de la ciencia de la arqueología. La “arqueología bíblica” se interesa por la comprensión de la historia, vida, costumbres y literatura de los israelitas y los pueblos circunvecinos que influyeron en el antiguo Israel. Por lo tanto, un valioso material está disponible del antiguo Egipto, Moab, Edom, Amón, Siria, Canaán, Asiria, Babilonia, Persia, Grecia y el mundo romano. Cualquier descubrimiento de estas tierras que arroje luz sobre la historia, la religión, las costumbres o la literatura bíblicas entra en la esfera de la arqueología bíblica".
FUENTES DE INFORMACION:"La arqueología obtiene su información de los materiales remanentes dejados por los hombres en épocas pasadas. Hay dos categorías amplias: los documentos escritos que fueron inscritos en piedra, barro, metal, papiros, pergaminos, madera, etc., y los documentos no escritos que abarcan toda clase de remanentes—edificios de varias clases, fortificaciones, esculturas, vasos caseros, herramientas, ornamentos personales, monedas, armas, vestuario, piezas de arte, comida, huesos humanos y de animales, etcétera. Estos se encuentran en asociación con edificios que han sido parcial o totalmente cubiertos o en tumbas o fosas".
Ahora bien, ¿a qué viene todo esto? Bueno, sucede que con relación a los relatos que aparecen en los libros de la Biblia y la verificación de su fiabilidad histórica, la ciencia de Indiana Jones, la arqueología, nos es muy útil. Sí, ejemplo de ello es el caso del libro de Los Hechos de los Apóstoles, escrito por San Lucas. Como muestra, un botón.
EL NUEVO TESTAMENTO Durante los siglos XIX y XX, las escuelas críticas alemanas, negaban el valor histórico de este libro. Sin embargo, los estudiosos ingleses, entre ellos arqueólogos como Sir William Ramsay, después de comparar los relatos lucanos descritos en este libro neotestamentario versus las fuentes antigüas y los autores helenísticos conocidos, concluyeron que Lucas es fiel a todos las reglas historiográficas de la antigüedad. Gran parte de la información contenida en Los Hechos, ha sido verificada por hallazgos arqueológicos y papirológicos (proveniente de escritos en papiro). La conclusión de Ramsay fue que “Lucas es un historiador de primer rango”.
Este arqueólogo debió cambiar su postura escéptica respecto al escrito de que venimos hablando, toda vez que realizó un viaje por el Cercano Oriente y Asia, siguiendo el rastro descrito por el evangelista, solo para constatar que el escritor inspirado no se equivocó ni siquiera en una sola referencia a ciudades, provincias, islas, temporales climáticos propios y exclusivos de ciertas regiones del mundo del Nuevo Testamento, así como a nombres y títulos con los que se designaba a diversas autoridades del gobierno romano en la época en que San Pablo hizo sus viajes misioneros.
El arqueológo antes escéptico, ¡terminó convertido al cristianismo, en gran parte como resultado de su investigación arqueológica de primera mano, llevada a cabo durante 25 años! “Lucas es un historiador de primer rango; además de que sus declaraciones son verídicas, él posee un verdadero sentido histórico…En suma, este autor debe ser clasificado junto con los historiadores más grandes.” Esta fue la conclusión de Ramsay, al respecto de los registros de San Lucas. El tercer evangelista menciona treinta y dos países, cincuenta y cuatro ciudades y nueve islas sin cometer un solo error.
EL ANTIGÜO TESTAMENTO Durante mucho tiempo, los críticos de la Biblia, consideraron las historias de los patriarcas (Abraham, Isaac, Jacob y José), como simples leyendas. No obstante a partir de excavaciones realizadas entre los años 1925-1933 en dos ciudades de oriente, este punto de vista ha cambiado. Ahora estamos seguros que, efectivamente, las costumbres de los patriarcas descritas en la Biblia son verdaderas. Esta dos ciudades mencionadas son Mari y Nuzu ( o Nuzi). La primera de ellas se ubica actualmente al sureste de Siria, cerca del Río Eufrates. La segunda, Nuzu, se ubica en Irak. En ellas se descubrieron varios niveles de ocupación de varias culturas. Culturas que datan desde 4500 hasta 1300 a.C. Se encontraron alrededor de 4000 tablillas escritas en cuneiforme, que datan del s.XV a. C. aproximadamente. Estas tablillas contienen registros públicos, archivos privados y decisiones legales relativas a cuatro generaciones de pobladores que dominaron el área. Importantes datos en cuanto a la economía, política y costumbres, se encuentran en ellas. Estas dos ciudades estudiadas por los arqueólogos en los años mencionados, nos proveen de varios ejemplos que confirman la exactitud histórica de la Biblia, en cuanto a la historia del Antiguo Testamento.
¿Y QUÉ? Si Lucas es confiable en cuanto a hechos que pueden verificarse físicamente a través de la arqueología, tenemos razones poderosas para poder confiar en él respecto a cosas del espíritu que también escribió en su evangelio. Por ejemplo, él nos cuenta que Jesús dijo que sería crucificado (Lucas 24;7), y que lo sería por nuestros pecados (los suyos y los míos, amable lector). Esto lo encontramos en Lucas 22;20. También nos dice que Jesús resucitó después de pagar por nuestras culpas, y encargó a sus discípulos que prediquemos el arrepentimiento y el perdón de los pecados (Lucas 24;46-47). De manera que aprovecho la evidencia arqueológica de que aquí he tratado brevemente, para cumplir por este medio el mandato que Jesús nos dejó. Le invito a que se arrepienta de sus pecados y crea en el sacrificio que Jesús hizo por usted, para que sea perdonado y tenga vida eterna.
“Si alguien me hubiera preguntado hace algunos años, cuando yo aún era un ateo, que por qué no creía en Dios, la respuesta espontánea de mis labios hubiera sido más o menos la siguiente: «Si miramos el universo en que vivimos, comprobaremos, que buena parte de él, la mayor con diferencias, es un espacio que ha sido completamente oscuro y terriblemente frío… fijémonos, por lo demás, en cómo es la vida mientras existe. El único modo de sobrevivir conocido por las diferentes formas de vida consiste en atacar a las demás. En las formas más elementales todo ello no acarrea sino muerte… las criaturas causan dolor al nacer, viven infligiéndose dolor y mueren, la mayoría de las veces, en medio de profundo dolor… la historia de la humanidad es en gran parte una secuencia de crímenes, guerras, enfermedades y dolor… todas las civilizaciones se extinguen, pero mientras existen causan un sufrimiento especial, muy superior seguramente al alivio que hayan podido producir al común dolor humano. Nadie duda de que nuestra propia civilización también ha acarreado dolor,… si me piden que crea que todo esto es obra de un espíritu omnipotente y misericordioso, me veo obligado a responder que todos los testimonios apuntan en dirección contraria. Así pues, o bien no hay espíritu alguno fuera del universo, o bien es indiferente al bien y al mal, o es un espíritu perverso.»”
Pronto, C.S. Lewis se daría cuenta de que ese mismo razonamiento que usaba siendo ateo para tratar de mostrar la no existencia de Dios, le daría la respuesta que le convencería de todo lo contrario, de la existencia de Dios. Esa respuesta ha quedado plasmada en su bien conocido libro "El problema del dolor", del cual, por cierto, he extraído la cita anterior.
Un argumento muy desafiante para el cristianismo
Si Dios existe y es todo bondad, no puede permitir la maldad
La maldad existe
Por lo tanto, o Dios no existe, o no es todopoderoso, o no es todo bondad
Básicamente es esta la tesis que se presenta como la más desafiante a la creencia en la existencia de Dios y al cristianismo en particular. No dudan los apologistas cristianos en llamarle a este argumento el mayor problema a vencer.
A lo largo de la historia se han propuesto por lo menos las siguientes respuestas para tratar de explicar el problema del mal:
Negar la existencia de Dios
Negar la existencia del sufrimiento
Colocar a Dios mas allá del bien y del mal
Describir a Dios como que no es todopoderoso
Enseñar que Dios ha creado la maldad para lograr algo bueno
Examinemos detenidamente estas propuestas de solución al problema del mal. Veremos que ninguna es satisfactoria. Después de hacerlo, les invito a que consideremos la respuesta que la Biblia da a este desafío. Veremos que satisface, no solo el corazón sino también nuestras mentes.
Opriman el reproductor a continuación para que puedan escuchar en formato mp3, el audio del programa de radio "Diálogos de vida abundante" con el tema "¿Tiene sentido el sufrimiento?"
Hola. Bienvenidos. ¿Ya vieron los videos que el partido social-demócrata (PSD) está publicitando para impulsar su campaña política? Posiblemente hayan visto ya un video de 30 segundos en el que se promueve la legalización del aborto. Bueno, si aún no lo han visto, les invito a que lo hagan. Opriman a continuación en el reproductor para que puedan apreciarlo. Después de ello, seguimos.
No voy a escribir en esta ocasión acerca de política. Aunque pienso hacerlo más adelante. Quiero centrarme en algunos pensamientos acerca del aborto.
Decisiones diferentes ahora, traerán un futuro diferente mañana Acerca del video que acaban de ver me pregunto: si esta jovencita "sabe" tanto de lo que le ocurrirá en el futuro (dos años adelante), ¿por qué no toma otro tipo de decisiones ahora? No tiene por qué quedar embarazada y terminar como delicuente. El aborto no es la solución. De hecho, la integrante del partido político que culmina el video, propugna "que la mujer decida". Entonces, si proponen "que la mujer decida", ¿por qué no decidir, por ejemplo, usar anticonceptivos, o dar al niño en adopción, o ser madre o bien esperar para ejercer la sexualidad hasta el matrimonio, cuando encuentre a alguien que en verdad la ame, respete y se responsabilice del niño bajo el manto del matrimonio? De hecho, esa es la propuesta cristiana. Autocontrol hasta el matrimonio. Esta postura tiene muchas ventajas. Al final de esta entrada del blog, pongo a su disposición el reproductor de audio mp3 en el que comparto un tema relacionado a la sexualidad desde el punto de vista bíblico, presentado en la radio hace algún tiempo. El aborto no es la única alternativa.
Los números Las cifras nos indican que, a partir de la despenalización del aborto o "interrupción legal del embarazo" (ILE) como le llaman ahora, en el Distrito Federal (México), a partir del mes de Abril de 2007 y hasta Abril de 2009, suman ya 23,233 los casos. El 30% de este total, está representado por jovencitas que estaban o estan cursando la preparatoria. Para ver cifras más detalladas, opriman aquí.
Soy cristiano. Para mí la máxima autoridad en materia de creencia y práctica es la Biblia. Voy a dar, entonces, mi punto de vista respecto al aborto con base en la Biblia más adelante en esta entrada del blog. Es pues ésta la pregunta que les invito a discutir hoy: ¿Qué es el aborto, es decir el hecho en sí mismo? ¿Es o no un homicidio?
Qué dice la razón acerca del aborto Para empezar el tema, permítanme compartir con ustedes un diálogo imaginario entre Sócrates (sí, el famoso filósofo de Atenas) y el doctor Herodes, un médico abortista. Este diálogo es cortesía de Peter Kreeft, filósofo de la universidad de Boston. Particularmente lo encontré muy iluminador y además muy divertido. Espero lo disfruten. Después seguimos.
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Diálogo uno: Sócrates en una clínica de abortos
Tiempo: el presente Lugar: un hospital en Atenas
Personajes: Sócrates (el famoso filósofo) Dr. Herodes, médico abortista.
Sócrates: ...¿Cómo definiría el asesinato?
Herodes: Supongo que es matar a un ser humano inocente.
Sócrates: ¿Y quienes se oponen al aborto usan el término con el mismo significado?
Herodes: Parece que llaman asesinato a cualquier matanza.
Sócrates: ¿Llaman asesinato a cazar animales para comer?
Herodes: No, por supuesto que no.
Sócrates: ¿Por qué no?
Herodes: Porque no es matar a seres humanos, por supuesto.
Sócrates: ¿Llaman asesinato a las tácticas defensivas de guerra?
Herodes: No, tampoco.
Sócrates: ¿Y llaman asesinato a que el gobierno (en E.U.) ejecute a un traidor o a un asesino?
Herodes: No, por lo general no están en contra de la pena de muerte.
Sócrates: ¿Por qué no?
Herodes: Supongo que es porque no es matar a un ser humano inocente.
Sócrates: Que fue su definición de asesinato.
Herodes: Bueno...sí.
Sócrates: Entonces está de acuerdo con la definición del término a toda costa. Veamos, la definición tiene tres partes. Primero, matar. Segundo, a un ser humano. Tercero, inocente. ¿Es el aborto un caso de matanza?
Herodes: Es terminar un embarazo.
Sócrates: ¿Se mata al feto?
Herodes: No me agrada ese término emocional.
Sócrates: Bien, racionalmente, ¿qué significa matar?
Herodes: Supongo que quiere decir dar muerte por la fuerza a un organismo viviente.
Sócrates: ¿Y acaso es un organismo viviente el objeto de un aborto?
Herodes: Por supuesto.
Sócrates: ¿Y significa su muerte el término del proceso?
Herodes: Sí.Sócrates: ¿Es la muerte forzada?
Herodes: Sí.
Sócrates: Entonces el aborto es matar.
Herodes: Sí, pero no es asesinato.
Sócrates: Por favor, dígame: ¿en que definición de asesinato estuvimos de acuerdo?
Herodes: Acordamos que asesinato es quitarle la vida a un ser humano inocente.
Sócrates: Muy bien. Ahora veamos si el aborto cabe dentro de dicha definición. Primero, hemos estado de acuerdo en que el aborto es matar, ¿no es verdad?
Herodes: Sí.
Sócrates: Segundo, ¿es el feto al que se le quita la vida, culpable de algún crimen o es inocente?
Herodes: Por supuesto que es inocente. Aunque tampoco es exacto decir que es inocente, a no ser que se trate de una persona. Las células no son ni culpables ni inocentes.
Sócrates: Pero en el caso de que fuese una persona, ¿sería inocente?
Herodes: Si lo fuese...sí.
Sócrates: Ahora pasemos a la tarea de averiguar si el feto es o no una persona, supongo que antes tenemos que saber qué es una persona. ¿Qué es un ser humano?
Herodes: Ah, todos saben lo que es un ser humano,
Sócrates. No es necesario que yo le diga eso.
Sócrates: Oh cielos, nuestra sabiduría parece estar abandonándonos: Pero quizá unas pocas preguntas puedan tentarla a regresar. Por favor, expliquéme esto, cuando dice que todos saben lo que es un ser humano, ¿quiere decir todos los perros y gatos y árboles y flores?
Herodes: Ahora está siendo ridículo de nuevo, Sócrates. Me pregunto cuál de nosotros ha perdido ahora su sabiduría.
Sócrates: Pero si no son todos los gatos y los perros, ¿entonces todos los qué? Por favor tenga paciencia con mi simpleza por unos momentos.
Herodes: Todos los seres humanos, por supuesto.
Sócrates: ¿Todos los seres humanos saben lo que es un ser humano?
Herodes: Sí, todos los seres humanos normales.
Sócrates: ¿Y es usted uno de esos seres humanos normales?
Herodes: Por supuesto.
Sócrates: Entonces, por favor, dígame qué es. ¿Qué es lo que nos hace humanos a todos nosotros, los humanos?
Herodes: Bueno...somos conscientes.
Sócrates: ¿Son conscientes los animales también?
Herodes: En cierto sentido.
Sócrates: ¿En qué sentido es consciente un perro o un gato?
Herodes: Usted ha observado a los gatos y a los perros, ¿no es así?
Sócrates: muchas veces.
Herodes: Entonces tiene alguna experiencia con la conducta animal.
Sócrates: Sí.
Herodes: Entonces responda a mi pregunta: ¿cuál es la diferencia entre la conciencia humana y la conciencia animal, tal como es exhibida por el comportamiento? No es necesario que me explique lo que tienen los animales y nosotros no, sólo lo opuesto: ¿qué es lo que tenemos nosotros pero de que carecen los animales?
Sócrates: ¡Qué pregunta tan sencilla de responder! Hay algo que hace la razón humana que nunca hacen ninguna computadora o animal.
Herodes: ¿Y bien? ¿Qué es?
Sócrates: ¿Quiere decir que en realidad usted no lo sabe?
Herodes: No, y tampoco lo sabe el resto del mundo académico.
Sócrates: Pero esos académicos no están aquí ahora, ¿no es así?
Herodes: No, pero yo sí estoy aquí, y quiero saber.
Sócrates: Pero usted acaba de responder a su propia pregunta.
Herodes: ¿Cómo? ¿Qué quiere decir?
Sócrates: ¿De veras no lo sabe?
Herodes: No, de veras no lo sé. ¡Dígamelo!
Sócrates: Nuevamente, usted acaba de responder su propia pregunta.
Herodes: Deje de jugar juegos conmigo. Esta es una pregunta seria.
Sócrates: Y usted quiere saber la respuesta.
Herodes: Sí.
Sócrates: Esa es su respuesta: la voluntad de saber. Ningún animal o computadora es un filósofo, un amante y buscador de la sabiduría. En términos simples y sencillos de conducta observable, ningún animal o computadora hace lo que hemos estado haciendo nosotros: formular preguntas. Usted es un ser humano. Usted quiere saber, me acaba de decir eso tres veces. Necesitábamos una definición de un ser humano, ¿lo recuerda?
Herodes: Ah, sí.
Sócrates: Y tenemos una, una muy antigua, de hecho. El hombre es un ser racional, uno que desea saber.
Herodes: ¡Ajá! Aquí estamos. ¿Acaso observamos que un feto formule preguntas?
Sócrates: No.
Herodes: ¿Y es un ser humano aquel que formula preguntas?
Sócrates: Sí.
Herodes: Por lo tanto, un feto no es un ser humano y, en consecuencia, el aborto no es un asesinato. Caso cerrado.
Sócrates: Ah,... ¿Le importaría si vuelvo a mi papel como interrogador por sólo uno o dos minutos? Quiero cuestionar algo que dije yo. Me pregunto si estaba en lo correcto al definir a un ser humano como a alguien que formula preguntas.
Herodes: ¿Por qué se pregunta eso ahora?
Sócrates: Considere a un bebé. ¿Lo llamaría usted ser humano?
Herodes: Por supuesto. Ah, ya veo. Usted está preguntando por la diferencia entre el aborto y el infanticidio. Bueno...
Sócrates: No, le estaba preguntando si diría que un bebé es un ser humano. Una pregunta a la vez, si es tan amable.
Herodes: Sí, un bebé es un ser humano.
Sócrates: Entonces, tal vez no deberíamos haber definido a un ser humano como a alguien que hace preguntas. Y existe otro caso: ¿no hay un estado definido como dormir sin soñar? ¿Alguna vez duerme por la noche sin soñar?
Herodes: No sólo durante la noche, también a veces durante el día; por ejemplo, cuando alguien me aburre con argumentaciones abstractas.
Sócrates: Aprecio su voluntad de buscar la verdad aún cuando sus sentimientos estén aburridos. Entonces, cuando duerme sin soñar ¿formula preguntas?
Herodes: No lo creo.
Sócrates: Y si yo lo matara mientras duerme, ¿sería culpable de asesinato?
Herodes: Por supuesto que lo sería. No dejo de ser una persona cuando me quedo dormido, dejo de funcionar racionalmente cuando duermo.
Sócrates: ¿Entonces existe una diferencia entre ser una persona y funcionar como tal?
Herodes: Sí. Ser una persona no necesariamente es funcionar como tal.
Sócrates: Entonces, tanto un bebé como alguien que duerme, y que no funcionan como personas, ¿son personas de todas maneras?
Herodes: Sí.
Sócrates: Entonces el hecho de que el feto todavía no funciona como una persona no prueba que no sea una.
Herodes: No, pero tampoco prueba que sea una persona.
Sócrates: ¿Y qué es entonces? ¿Un pez? [...] cada persona tiene un solo, único, código genético, de la misma manera en la cual cada individuo tiene un juego único de huellas dactilares. ¿Es eso correcto?
Herodes: Oh, Sócrates, ese argumento no funcionará.
Sócrates: ¿Qué argumento? Yo sólo estoy reuniendo datos, todavía no estoy argumentando.
Herodes: Está bien, una cosa a la vez.
Sócrates: Precisamente. Ahora bien, en ese código genético se encuentra cada característica física en potencia, ¿no es así? ¿Es un programa listo para la computadora, por decirlo de alguna manera? ¿Está todo, desde el color de los ojos y el tamaño del cerebro hasta una tendencia a tener verrugas?
Herodes: Correcto.
Sócrates: Y cada persona tiene el suyo, su propio y único código genético en cada una de las células de su cuerpo, ¿correcto?
Herodes: Sí.
Sócrates: ¿está completo en mí el código genético ahora?
Herodes: Sí.
Sócrates: ¿Está dentro de mí cuando duermo?
Herodes: Sí.
Sócrates: ¿Estaba dentro de mí cuando tenía un año de edad?
Herodes: Sí.
Sócrates: ¿Y cuando tenía un minuto de edad?
Herodes: Sí.
Sócrates: ¿Y un minuto antes de que naciera?
Herodes: Sí, está presente desde el momento de la concepción.
Sócrates: ¿Entonces, el feto lo tiene durante todo el tiempo entre la concepción y el nacimiento?
Herodes: Sí, Sócrates, pero eso no prueba lo que usted quiere que pruebe, es decir que un feto es una persona.
Sócrates: Yo tampoco dije que lo probara. Un paso a la vez, por favor. Ahora, el esperma un minuto antes de la concepción no posee el código genético completo, ¿no es así? ¿Tiene sólo la mitad del código y la mitad de los cromosomas?
Herodes: Sí, es haploide, no diploide.
Sócrates: ¿Y es cierto lo mismo para el óvulo?
Herodes: Sí.
Sócrates: ¿Y el óvulo fertilizado tiene el grupo completo de cromosomas y el código genético completo?
Herodes: El cigoto, sí, tiene el código genético completo.
Sócrates: ¿Y es ese el código de la madre?
Herodes: Por supuesto que no, cada uno es diferente... vea, el feto es sólo una parte de la madre, una sola célula al principio, luego muchas células, parte de su cuerpo. No es un individuo porque es parte de otro individuo. Ah, acá tenemos el argumento: otro silogismo. Un feto es parte de otro individuo (la madre); y ninguna persona individual es parte de otra persona individual; por lo tanto el feto no es una persona individual. Lo que cuenta es la existencia individual.
Sócrates: ¡Ajá! Metafísica.
Herodes: Está bien, metafísica. Pero las personas no son parte de otras personas, y el feto es una parte de la madre. Por lo tanto, el feto no es una persona. ¡Ahora ahí tiene un argumento metafísico!
Sócrates: Ciertamente parece sólido, tan sólido como este bloque de cemento que está aquí en la pared. ¿Podría examinar su argumento formulando una pregunta sobre este bloque de cemento?
Herodes: ¿Qué?
Sócrates: Dije...
Herodes: Escuché lo que dijo. Simplemente me resultó increíble.
Sócrates: Pero, ¿sí cree que esto es un bloque de cemento?
Herodes: Sí, pero...
Sócrates: ¿Y es este bloque una parte de la pared?
Herodes: Sí. ¿Cuál es el punto de todo este sinsentido?
Sócrates: Paciencia, mi buen doctor. Ahora, esta pared, ¿es parte del edificio del hospital?
Herodes: Sí.
Sócrates: Entonces, ¿se desprende de las dos cosas que hemos dicho que el bloque de cemento forma parte del edificio, dado que es parte de la pared y que la pared es parte del edificio?
Herodes: Sí.
Sócrates: Un ejemplo más, si es tan amable. Su dedo es parte de su pie, ¿no es así?
Herodes: ¿Tiene que multiplicar los ejemplos tediosamente?
Sócrates: Quiero estar seguro del principio involucrado. Tengo que explorar el caso del dedo del pie al igual que el caso del bloque de cemento, a fin de estar seguro de que el principio funciona para las cosas vivas al igual que para las no vivas.
Herodes: Está bien, mi dedo es parte del pie.
Sócrates: ¿Y es su pie parte de su cuerpo?
Herodes: Sí.
Sócrates: ¿Y, por lo tanto, su dedo es parte de su cuerpo?
Herodes: Sí.
Sócrates: ¿Alcanza a ver el principio que hemos descubierto con toda esta conversación sobre las partes?
Herodes: Eso creo. Si A es parte de B y B es parte de C, entonces A debe ser parte de C. También tengo una buena educación. En lógica eso se llama una relación transitiva.
Sócrates: Excelente. Tiene una mente aguda, doctor. Ahora, por favor, responda para mí una cosa más: ¿cuántos pies tiene un feto, una vez que éstos se desarrollan?
Herodes: Si el feto se desarrolla normalmente, tiene dos, por supuesto.
Sócrates: ¿Y cuántos pies tiene la madre?
Herodes: Dos, por supuesto.
Sócrates: ¿No tiene cuatro?
Herodes: ¿Cómo? Ahora está siendo ridículo de nuevo, Sócrates. ¿Por qué diría una cosa como esa?
Sócrates: Los pies del feto son una parte del feto, ¿no es así?
Herodes: Sí.
Sócrates: Y el feto es parte de la madre, ¿eso dijo usted?
Herodes: Sí.
Sócrates: Entonces, dado que la relación de parte a todo es transitiva, las partes del feto son las partes de la madre.
Herodes: Bueno, supongo que cometimos un error en alguna parte.
Sócrates: Creo que sí. Piense en las cosas absurdas en las cuales nos embarcaríamos si continuásemos con esta línea de pensamiento. Si el feto es masculino, nos forzaría a decir que su madre tiene un pene.
Herodes: obviamente nos desviamos del camino en alguna parte.[...]
Sócrates: Estoy francamente impresionado. Usted ha sido visitado por el oráculo. [...] pero sigamos con nuestra investigación. ¿Cuáles son los hechos concretos que tenemos, que nos ayuden a decidir que es el feto? [...]
Herodes: Está bien. Veamos las diferencias entre el cigoto y la persona adulta. Aquellos que califican al aborto como asesinato dicen que una persona comienza en el momento de la concepción, que el cigoto es una persona. Por lo tanto deben decir que hay una mayor diferencia entre el pre-cigoto y el cigoto, que entre el cigoto y la persona adulta, dado que la primera diferencia, dicen, es una diferencia de clase, entre la no-persona y la persona, mientras que la segunda es sólo una diferencia de grado, entre dos etapas de crecimiento de la persona. Es esta aseveración, estoy seguro, a la que podemos ver como absurda. Seguramente puede ver la enorme diferencia entre un cigoto y usted mismo: una diferencia mucho mayor que aquella entre un pre-cigoto y un cigoto.
Sócrates: Comencemos con algo que sí sabemos. ¿Cuáles son las diferencias entre un bebé y un adulto?
Herodes: ¿Para qué perder el tiempo con esa pregunta? Yo pregunté sobre las diferencias entre un cigoto y un adulto.
Sócrates: Paciencia, por favor, doctor. Llegaremos a eso.
Herodes: Pero todos conocen las diferencias entre un bebé y un adulto. ¿por qué es necesario adentrarnos en eso?
Sócrates: ¿Acaso no es posible que olvidemos lo que sabemos? Entonces, ¿Sería tan amable de decirle a esta muy extraña persona cuáles son estas diferencias entre un bebé y un adulto que todos conocen?
Herodes: Muy bien, veamos... Por un lado, los bebé son obviamente más pequeños.
Sócrates: Ésa es una. ¿Qué más?
Herodes: Están mucho menos desarrollados en todos sus sistemas corporales.
Sócrates: Ésa es la segunda. ¿Alguna otra cosa?
Herodes: Son más dependientes de sus madres para sobrevivir.
Sócrates: Tres. ¿algunas otras?
Herodes: Hummm... eso parece incluir casi todo, a no ser que queramos tomar la movilidad como una diferencia separada. El bebé no se mueve demasiado a no ser que lo muevan, mientras que el adulto va de un lado al otro a voluntad.
Sócrates: Muy bien, ésa es la cuarta. ¿Hay alguna otra?
Herodes: Parecen ser todas.
Sócrates: Ahora, una pregunta más antes de regresar al feto, si fuera tan amable de estirar su paciencia por sólo otro minuto más. ¿Sería alguna de estas diferencias que acabamos de mencionar, un motivo para que se considerase que matar es o no asesinato? Por ejemplo, ¿podemos decir que es asesinato matar a una persona grande pero no a una pequeña? ¿O es peor matar a una persona más grande?
Herodes: Yo no quiero decir eso. Pero sí quiero decir que el grado de desarrollo podría contar.
Sócrates: ¿Diría usted que no es asesinato, porque es un asesinato menos serio matar a un niño pre-adolescente cuyo sistema reproductivo no se encuentra totalmente desarrollado, que matar a alguien al final de su adolescencia cuyo sistema reproductivo se encuentre completo?
Herodes: Por supuesto que no. Sin embargo, me parece peor matar a un adulto que a un bebé de 10 minutos de vida. El grado de desarrollo parece ser moralmente importante.
Sócrates: Veamos si este "parece" es un "es". Si el grado de desarrollo implica una diferencia moral, entonces una gran diferencia en el grado de desarrollo implicaría una gran diferencia moral, y una pequeña diferencia en el desarrollo implicaría una pequeña diferencia moral. ¿Es ese el resultado lógico?
Herodes: Sí.
Sócrates: Entonces, si es mucho peor matar a un adulto que a un bebé, sería un poco peor matar a un joven al final de su adolescencia que a un pre-adolescente.
Herodes: Eso ciertamente parece estar equivocado.
Sócrates: ¿Y acaso no sería también algo terrible molestar o golpear o matar a niños pequeños que a otros más grandes?
Herodes: No, no. Si debe ser algo, eso es peor. Los pequeños son menos capaces de defenderse. Todos detestan a quienes molestan a los niños. Nos volvimos a desviar del camino en alguna parte con estas extrañas consecuencias.
Sócrates: Con nuestro principio, creo. Las consecuencias absurdas resultan necesariamente de su principio falso.
Herodes: ¿Cuál principio falso?
Sócrates: Que el tamaño o grado de desarrollo de la víctima hacen una diferencia en la moralidad de matar. ¿Se retracta de ese principio ahora?
Herodes: Supongo que debo hacerlo.
Sócrates: Parece dudar. ¿Acaso no está seguro de esto?
Herodes: Simplemente creo saber adónde me llevará admitirlo.
Sócrates: Una cosa a la vez, por favor.
Herodes: Sí.
Sócrates: ¿Es alguna de las cuatro diferencias que encontramos entre el bebé y el adulto, moralmente importante? ¿Es, por ejemplo, menos malo matar a una víctima dependiente o inmóvil que a otra independiente y móvil, a un paralítico, por ejemplo?
Herodes: Por supuesto que no. Y se adónde nos llevará ahora el argumento, usted dirá que el feto difiere del bebé sólo por estas cuatro cosas: es más pequeño, menos desarrollado, más dependiente y menos móvil. Y dado que ninguno de estos factores es moralmente importante, de ello se desprende que es igualmente asesinato matar a un feto que matar a un bebé.
Sócrates: Ésa es una manera muy fuerte y sencilla de plantear el argumento.
Herodes: Su argumento, Sócrates. Yo simplemente me anticipé a usted. Toda esta charla sobre el argumento, posiblemente sólo sea una cortina de humo. Me siento manipulado.
Sócrates: ¿Puedo señalar que el último y más fuerte argumento fue suyo y no mío? Todavía no hemos encontrado una diferencia moralmente importante entre el feto y el bebé, ¿no es así?
Herodes: Todavía no. Excepto porque el feto se encuentra dentro de la madre y el bebé afuera... probemos la viabilidad. ¿Qué tiene de malo decir que para ser una persona se tiene que ser viablemente independiente de la madre?[...]
Sócrates: Exploremos la viabilidad, eso significa la habilidad de vivir por su propia cuenta, ¿no es asi?
Herodes: Sí.
Sócrates: En otras palabras, independencia.
Herodes: Sí.
Sócrates: Por un lado, ya hemos rechazado el grado de dependencia, una de las cuatro diferencias que encontramos entre el feto y el bebé, como una diferencia entre matar y asesinar. Dos: la identidad, la individualidad, del feto no depende de la madre. Tres: su dependencia de la madre para su alimentación continúa hasta mucho después del nacimiento. Si la dependencia hace a las no-personas, los niños pequeños no son personas y matarlos no es asesinato. Cuatro: los enfermos y los ancianos también son dependientes, ¿y acaso no son personas? Cinco: todos nosotros somos siempre dependientes: unos de otros, de la naturaleza... Seis...
Herodes: ¡Ya es suficiente! Olvídese de la dependencia. No definamos viabilidad simplemente como dependencia. Eso es demasiado vago. Viabilidad es la habilidad de vivir afuera del vientre materno. Si un feto puede nacer y sobrevivir que sea una persona, si no puede, no.
Sócrates: Bueno, entonces, investiguemos esta nueva definición. [...] Veamos si este último trabajo suyo debe o no ser abortado. Por favor, dígame dos puntos ¿depende la calidad de persona del tiempo y el lugar?
Herodes: ¿Qué quiere decir con esto?
Sócrates: ¿Dejo de ser una persona cuando salgo de un lugar o entro en otro?
Herodes: Por supuesto que no.
Sócrates: ¿Y eran las personas de hace 2400 años atrás menos personas que la gente del presente?
Herodes: Por supuesto que no. ¿Adónde quiere llegar?
Sócrates: ¿Entonces, la calidad de persona no depende del tiempo ni el lugar?
Herodes: No, en ese sentido, no.
Sócrates: Ahora dígame otra cosa: ¿acaso no es cierto que un bebé que puede vivir aparte de su madre sólo con la ayuda de una incubadora no sobreviviría sin la incubadora?
Herodes: Por supuesto.
Sócrates: Y hace 2400 años no había incubadoras. Tampoco existen ahora en las selvas.
Herodes: No.
Sócrates: Entonces, un bebé que es viable en la ciudad podría no ser viable en las selvas, y un bebé que en la actualidad es viable, no lo hubiese sido hace 2400 años.
Herodes: Por la definición de viabilidad que hemos utilizado, eso es correcto.
Sócrates: Bueno, entonces, si la calidad de persona no depende ni del tiempo ni el lugar, y la viabilidad depende del tiempo o del lugar, entonces la viabilidad no puede ser la marca universal de la calidad de persona.[...]
Herodes: Ellos (los que se oponen al aborto) afirman que saben lo que realmente no saben: que el feto es una persona humana desde el momento de la concepción.
Sócrates: Y usted, ¿asegura usted saber que no lo es?
Herodes: No, y esa es mi ventaja y sabiduría. Yo no aseguro saber aquello que no se. Simplemente no sabemos cuando se convierte el feto en una persona humana. Cualquiera que asegure saberlo es un tonto, porque afirma saber lo que no sabe[...]
Sócrates: veamos. Usted no sabe si el feto es o no una persona, ¿correcto?
Herodes: Correcto.
Sócrates: Y su trabajo aquí es matar fetos, ¿es correcto?
Herodes: Sócrates, continuamente me sorprende la clase de lenguaje que escoge utilizar. Lo que hago es abortar embarazos no deseados.
Sócrates: ¿Matando los fetos o a través de algún otro medio?
Herodes: (Suspiro.) Matando fetos.
Sócrates: ¿Sin saber si son o no son personas?
Herodes: Oh, bueno...
Sócrates: Hace unos momentos usted dijo que no sabía en qué momento el feto se convertía en persona. ¿Lo sabe ahora?
Herodes: No.
Sócrates: ¿Entonces usted mata fetos sin saber si son o no son personas?
Herodes: Si lo dice de esa manera...
Sócrates: ¿Y qué diría de un cazador que dispara a un repentino movimiento entre los arbustos sin saber si se trata de una venado o de otro cazador? ¿Lo llamaría sabio o tonto?
Herodes: ¿Está diciendo que soy un asesino?
Sócrates: Yo solamente estoy formulando una pregunta a la vez. ¿Quiere que le repita la pregunta?
Herodes: No.
Sócrates: ¿Entonces la responderá?
Herodes: (Suspiro.) Está bien. Un cazador que se comporta así es un tonto, Sócrates.
Sócrates: ¿Y porque es tonto?
Herodes: Usted nunca se detiene, ¿no es así?
Sócrates: No. ¿Acaso no diría que es tonto porque asegura saber lo que en realidad no sabe, es decir, que es solamente un venado y no un compañero cazador quien se encuentra en los arbustos?
Herodes: Eso supongo.
Sócrates: O suponga que una empresa está a punto de fumigar un edificio con un químico altamente tóxico, para acabar con una plaga de insectos, y que usted es el responsable de evacuar antes el edificio. Si no estuviera seguro de si quedan o no personas en el edificio y, sin embargo, diese la orden de fumigar, ¿sería éste acto sabio o tonto?
Herodes: Tonto, por supuesto.
Sócrates: ¿Por qué motivo? ¿Acaso no se debe a que estaría actuando como si supiese algo que en realidad no sabe, es decir, si queda o no gente dentro del edificio?
Herodes: Sí.
Sócrates: Y ahora usted, doctor. Usted mata fetos, por los medios que sea, y no importa, daría lo mismo que fuera con un arma de fuego o con veneno. Y dice que no sabe si son personas humanas. ¿Y no es esto tontería, de hecho la cima de la tontería, en lugar de sabiduría?
Herodes: Supongo que quiere que le responda: "Sí, Sócrates. Todo lo que usted diga, Sócrates".
Sócrates: ¿No puede defenderse a sí mismo del argumento?Herodes: No.
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Bueno, espero que lo hayan disfrutado al igual que lo disfruté yo. De hecho, el anterior es solo un extracto del diálogo uno. Hay dos diálogos más en los que Sócrates, conversa sobre este mismo tema, con un filósofo y posteriormente con un psicólogo. El libro lo pueden encontrar bajo el título "Sócrates sobre el aborto", del autor que ya mencioné y de la editorial Panorama.
Qué dice la ciencia sobre el aborto Ahora, pasemos a algunas otras consideraciones y especialmente a las consideraciones bíblicas. Aunque muchas personas consideran que "nadie sabe cuándo comienza la vida", creo, de acuerdo a muchas personas que ya han estudiado este tema a fondo y en base a la evidencia genética, que la vida comienza en el momento de la concepción. Estoy convencido que cuando el óvulo ya fecundado es depositado en el útero podemos hablar sin duda alguna de vida en desarrollo. Es un ser humano. Para el día 7, el óvulo fertilizado (con un código genético propio, que no es el del padre ni el de la madre) se implanta en el útero por los siguientes nueve meses. De ahí en adelante sólo es cuestión de crecer, no de lo que es. (Sócrates diría que es una diferencia de grado, no de clase). Para el día 14, ya está presente el sistema primitivo por el cual ese nuevo ser experimenta dolor. Para el día 17 ya tiene formado su corazón (aún antes de que la mujer sepa que ya está embarazada). Para la sexta semana su cuerpo es ya controlado por su propio sistema nervioso.
Aun cuando hubiese incertidumbre acerca del momento del inicio de la vida, algunos opositores de la postura pro-vida (la postura que está contra el aborto) aceptan que podría ser en el momento de la concepción. Ahora, si podría ser en ese momento, es por tanto una necedad practicar el aborto, puesto que podrían estar matando a una persona. Es, para recordar el diálogo socrático, como si un cazador disparase en dirección a un arbusto, al ver que detrás de éste algo se mueve, aunque no sepa si detrás del arbusto hay un venado o bien otro cazador. Podría ser otro cazador.
La razón me lleva a concluir que el feto es una persona y desde el momento que es una persona tiene todo el derecho a vivir. Los partidarios del aborto usan casos extremos para apoyar su postura. Ejemplo de ello son los casos de violación. Algunos han calculado que la probabilidad de que una mujer quede embarazada en un acto de violación es del 1 %. Entonces, no podemos basar la defensa de una postura a favor del aborto en este tipo de casos excepcionales. No es tampoco mi afán minimizar la deplorable situación de las mujeres que padecen este tipo de actos detestables. Pero hemos de ser objetivos en la medida de lo posible. El acto de abortar debido a que el embarazo ha sido producto de una violación, no "desviola" a la mujer (permítaseme la incorrecta expresión). Insisto, no estoy minimizando estos casos. Sólo estoy tratando de ser lo más objetivo que me sea posible. El hecho de que la mujer aborte al feto producto de este tipo de abuso violento, no remediará el acto que ha padecido. Más bien creo que al trauma de que ha sido objeto por dicho forzamiento, se sumará otro trauma que es, el de haber tratado de hacer justicia haciendo morir a un inocente. Tomemos en cuenta que en realidad el feto es inocente. No se puede castigar a un inocente por el acto cobarde que perpetró un criminal. Para este tipo de situaciones existen otras alternativas. El decidirse a completar el proceso de embarazo y dar a luz, y una vez nacido, el bebé puede ser dado en adopción. En lo personal conozco a varias parejas que con gusto podrían recibir en adopción a un pequeño.
Las cifras y el verdadero motivo Me parece que las cifras indican otra causa para abogar a favor del aborto. Parece ser que los abortos son el resultado de una conducta sexual promiscua. La tasa de abortos ha crecido a partir de la despenalización del mismo. El sector en el que más se está reflejando esta práctica es en el juvenil. Como ya indiqué en otra parte, el mayor porcentaje de abortos en los dos años de la despenalización de esta práctica en el Distrito Federal, corresponde a jóvenes preparatorianas (30%), seguido por estudiantes de secundaria con el 29.5%. Es decir que casi 6 de cada 10 abortos en dicha localidad, se han practicado en mujeres entre los 12 y los 18 años aproximadamente. Son jóvenes que aún dependen de sus padres. Viven en la casa familiar todavía y no son independientes ni emocional ni econónicamente (como la jovencita del video).
Entiendo, derivado de lo anterior, que el aborto está siendo un camino para tratar de ocultar la actividad sexual pre-marital. La gente quiere tener libertad sexual pero sin las responsabilidades que la acompañan.
Qué dice la medicina Cuando se trata este tema, se ignoran los factores de riesgo tanto físicos como psicológicos que están implicados en el acto del aborto. Aunque no voy a extenderme en detalles a este respecto, debo decir que el aborto conlleva serios efectos tanto psicológicos como físicos que ya han sido ampliamente demostrados. En algunos análisis llevados a cabo por el departamento de salud en los Estados Unidos se menciona que:
"Aunque hay muchos estudios con descubrimientos contradictorios respecto a los resultados médicos sobre el aborto, los siguientes riesgos se han identificado: infertilidad en las trompas, malformaciones fetales subsecuentes, trauma cervical, enfermedad inflamatoria de la pelvis, hemorragias, infertilidad, abortos involuntarios subsecuentes y la muerte."
Se ha dicho que la mujer que tiene un aborto está jugando a la ruleta rusa, no sólo con su cuerpo sino también con su salud mental, ya que ha sido demostrado que entre uno y dos tercios de las mujeres que han tenido un aborto han reportado serios problemas psicológicos. Entre un 9% y 59% de las mujeres que se han practicado la interrupción legal del embarazo han reportado serios problemas psiquiátricos. Y note usted que me estoy refiriendo a mujeres que han practicado abortos legales. En dichos porcentajes, las mujeres pueden experimentar un trauma severo en la fecha del aniversario del aborto o incluso muchos años después. Frecuentemente el psiquiatra escucha expresiones de remordimiento y culpa con relación a abortos ocurridos aún veinte años atrás.
Un estudio relacionado a este tema llevado a cabo en Europa, notificó de manifestaciones psiquiátricas negativas como la ansiedad, la depresión y la culpa en el 55% de un universo de 500 mujeres estudiadas. A todo este conjunto de manifestaciones mentales se le conoce como "trauma o síndrome post-aborto". Si bien es cierto que las complicaciones psicológicas son más difíciles de comprobar de un modo científico que las físicas, dichas complicaciones mentales no son menos dolorosas que las físicas. Incluso pueden llegar a ser más dolorosas. Obviamente las cifras en las que se muestran este tipo de padecimientos que he mencionado, se ocultan o no se dan a conocer lo suficiente.
Qué dice la Biblia(opriman las citas bíblicas para leerlas completas) Si bien la Biblia no se pronuncia con la claridad que quisiéramos respecto al aborto, salvo en un versículo que a continuación citaré, de ella podemos entender que el pueblo de Dios nunca trató al feto en manera frívola. Para el pueblo judío, la fecundidad, la llegada de los hijos, siempre fue considerada como una bendición (Salmos 127;4-5). De hecho lo contrario, la infertilidad, era mal vista en dicha comunidad (Génesis 30;1). Por ello deducimos que si no se trata en Las Escrituras sobre el tema claramente, es porque no hay necesidad de hacer leyes contra una práctica que no existe. Del libro de Éxodo 21; 22-24 entendemos que estaba penado el aborto provocado accidentalmente. De ahí podemos deducir que si el aborto era sancionado aunque hubiese sido producido por causas accidentales, muy posiblemente la pena por una causa voluntaria hubiese sido mucho más severa.
En Génesis 25;21-22 se nos habla de los dos hijos de Isaac y Rebeca, Jacob y Esaú, que luchaban entre sí aún antes de nacer y se usa la palabra hebrea "bane", plural de "ben" que significa niño/hijo, para referirse a ellos y que también es utilizada para los niños ya nacidos. Es decir, la Biblia no hace diferencia en los hijos aun si estan dentro o fuera del vientre materno.
En los pasajes de Isaías 49;1 y 5, Jeremías 1;5 y Lucas 1;15 aprendemos que Dios considera de un alto valor al ser humano aún desde el vientre materno. Hablando de Juan el Bautista, vemos como Dios lo satura del Espíritu Santo aún antes de nacer. El pasaje más amplio que nos habla acerca del valor del feto es, sin duda alguna, el salmo 139, especialmente los versículos 13 al 16. En ellos encontramos una preciosa descripción de la consideración que Nuestro Creador tiene por el nonato, la cual comparto con ustedes a continuación:
"Tú hiciste todo mi cuerpo. Tú sabes todo de mí, desde que estaba en el vientre de mi madre. Te agradezco porque me hiciste de una manera maravillosa; sé muy bien que tus obras son maravillosas. Tú sabes todo de mí. Tú viste mis huesos crecer mientras mi cuerpo se formaba en el vientre de mi madre. Tú viste formarse cada parte de mi cuerpo; todo ya estaba escrito en tu libro; fueron formadas a su debido tiempo, sin faltar una sola de ellas."
Bien. Para terminar, les invito a que opriman el reproductor mp3 a continuación. Escucharán un tema sobre la sexualidad que tuve la oportunidad de compartir en la radio hace algún tiempo. En él considero el tema de las relaciones sexuales pre-maritales (antes del matrimonio) y extra-maritales (con una pareja que no es su esposo/a), así como también el concepto de Dios acerca del sexo y la propuesta cristiana. Espero les sea de utilidad.
Este tema es muy amplio, estoy consciente. No pretendo haberlo agotado en esta ocasión, así que, creo que pronto lo volveremos a considerar. Por el momento recuerden: