sábado, 15 de agosto de 2009

La ciencia de Indiana Jones y la Biblia

EVIDENCIAS DE UN VIAJE
Hay en estos momentos sobre mi escritorio un par de talones de boletos de avión Guadalajara-Tijuana y Tijuana-Guadalajara; uno de autobus Guadalajara-San Luis Potosí y uno más de un Taxi con el número 41063 con origen en la Terminal de Autobuses Potosina y destino a mi domicilio, con fecha 2 de Agosto. Y es que hace unas semanas, estuve junto con mi familia en aquella ciudad fronteriza durante mis vacaciones. Si alguien me escuchara relatar la ruta que seguí y los lugares que visité, y desease evidencia física que respalde la veracidad de mi relato, puede verificarla observando los documentos que acabo de mencionar. Adicional a ello puede también consultar con las personas que visité y con las que conversé en aquella ciudad. Con testigos (amigos y familiares) que me vieron, escucharon y abrazaron con aprecio, después de dos años de no vernos. Hay evidencia física y testimonial que respalda mi relato de vacaciones.

Algo parecido sucede con la arqueología. Esta ciencia, al mostrar hallazgos de objetos, herramientas, inscripciones, testimonios escritos, puede verificar la validez histórica de relatos encontrados en documentos antigüos, como la Biblia, por ejemplo.

LA CIENCIA DE INDIANA JONES
¿Quién de nosotros no ha visto por lo menos una de las películas de Indiana Jones? En lo personal las he disfrutado varias veces con mi familia. Entre los videos que tengo, cuento con “Los cazadores del arca perdida”, “Indiana Jones y la última cruzada”. También tenemos el videojuego para PC “Indiana Jones y La Tumba del Emperador”. No me gustó mucho la última historia, salida relativamente de manera reciente, “Indiana Jones y el reino de la calavera de Cristal” ya que es muy repetitiva en relación a las trampas que el arqueólogo profesor de la universidad Marshall de Connecticut, debe enfrentar. Pero bueno, uno pasa por lo menos un rato agradable viendo las peripecias y acrobacias que Harrison Ford debe ejecutar al encarnar al profesor Indy.



Es interesante ver cómo en “Los cazadores del Arca perdida”, la ciencia de la arqueología, la ciencia de Indiana Jones, ayuda a localizar ese misterioso objeto descrito ampliamente en las páginas bíblicas, el Antigüo Testamento. Es divertido observar una vez más que “los buenos” terminan triunfando sobre “los malos” (Hitler y sus secuaces), evitando así que el mal prevalezca. Y es que el héroe del filme, el estudioso de las culturas ancestrales y sus amigos, impiden que ese “reactor nuclear” (así describen en la película al “Arca de la Alianza” cuyo diseño fue dado al pueblo de Israel por Dios), sea usado con fines malvados.

Efectivamente, la arqueología es una ciencia que nos ayuda a identificar, localizar y recuperar los vestigios (como el Arca de la Alianza) que culturas antigüas han dejado como rastro y evidencia de su paso por el tiempo. Creo útiles algunas definiciones relacionadas a esta disciplina, extraídas del “Diccionario Bíblico Arqueológico” del editor Charles P. Pfeiffer, editorial Mundo Hispano, las cuales presento a continuación.

ARQUEOLOGÍA: "La arqueología es el estudio científico de los materiales remanentes que han dejado los hombres de épocas pasadas".

ARQUEOLOGIA BIBLICA: "Hay muchas ramas de la ciencia de la arqueología. La “arqueología bíblica” se interesa por la comprensión de la historia, vida, costumbres y literatura de los israelitas y los pueblos circunvecinos que influyeron en el antiguo Israel. Por lo tanto, un valioso material está disponible del antiguo Egipto, Moab, Edom, Amón, Siria, Canaán, Asiria, Babilonia, Persia, Grecia y el mundo romano. Cualquier descubrimiento de estas tierras que arroje luz sobre la historia, la religión, las costumbres o la literatura bíblicas entra en la esfera de la arqueología bíblica".

FUENTES DE INFORMACION: "La arqueología obtiene su información de los materiales remanentes dejados por los hombres en épocas pasadas. Hay dos categorías amplias: los documentos escritos que fueron inscritos en piedra, barro, metal, papiros, pergaminos, madera, etc., y los documentos no escritos que abarcan toda clase de remanentes—edificios de varias clases, fortificaciones, esculturas, vasos caseros, herramientas, ornamentos personales, monedas, armas, vestuario, piezas de arte, comida, huesos humanos y de animales, etcétera. Estos se encuentran en asociación con edificios que han sido parcial o totalmente cubiertos o en tumbas o fosas".

Ahora bien, ¿a qué viene todo esto? Bueno, sucede que con relación a los relatos que aparecen en los libros de la Biblia y la verificación de su fiabilidad histórica, la ciencia de Indiana Jones, la arqueología, nos es muy útil. Sí, ejemplo de ello es el caso del libro de Los Hechos de los Apóstoles, escrito por San Lucas. Como muestra, un botón.

EL NUEVO TESTAMENTO
Durante los siglos XIX y XX, las escuelas críticas alemanas, negaban el valor histórico de este libro. Sin embargo, los estudiosos ingleses, entre ellos arqueólogos como Sir William Ramsay, después de comparar los relatos lucanos descritos en este libro neotestamentario versus las fuentes antigüas y los autores helenísticos conocidos, concluyeron que Lucas es fiel a todos las reglas historiográficas de la antigüedad. Gran parte de la información contenida en Los Hechos, ha sido verificada por hallazgos arqueológicos y papirológicos (proveniente de escritos en papiro). La conclusión de Ramsay fue que “Lucas es un historiador de primer rango”.

Este arqueólogo debió cambiar su postura escéptica respecto al escrito de que venimos hablando, toda vez que realizó un viaje por el Cercano Oriente y Asia, siguiendo el rastro descrito por el evangelista, solo para constatar que el escritor inspirado no se equivocó ni siquiera en una sola referencia a ciudades, provincias, islas, temporales climáticos propios y exclusivos de ciertas regiones del mundo del Nuevo Testamento, así como a nombres y títulos con los que se designaba a diversas autoridades del gobierno romano en la época en que San Pablo hizo sus viajes misioneros.

El arqueológo antes escéptico, ¡terminó convertido al cristianismo, en gran parte como resultado de su investigación arqueológica de primera mano, llevada a cabo durante 25 años! “Lucas es un historiador de primer rango; además de que sus declaraciones son verídicas, él posee un verdadero sentido histórico…En suma, este autor debe ser clasificado junto con los historiadores más grandes.” Esta fue la conclusión de Ramsay, al respecto de los registros de San Lucas. El tercer evangelista menciona treinta y dos países, cincuenta y cuatro ciudades y nueve islas sin cometer un solo error.

EL ANTIGÜO TESTAMENTO
Durante mucho tiempo, los críticos de la Biblia, consideraron las historias de los patriarcas (Abraham, Isaac, Jacob y José), como simples leyendas. No obstante a partir de excavaciones realizadas entre los años 1925-1933 en dos ciudades de oriente, este punto de vista ha cambiado. Ahora estamos seguros que, efectivamente, las costumbres de los patriarcas descritas en la Biblia son verdaderas. Esta dos ciudades mencionadas son Mari y Nuzu ( o Nuzi). La primera de ellas se ubica actualmente al sureste de Siria, cerca del Río Eufrates. La segunda, Nuzu, se ubica en Irak. En ellas se descubrieron varios niveles de ocupación de varias culturas. Culturas que datan desde 4500 hasta 1300 a.C. Se encontraron alrededor de 4000 tablillas escritas en cuneiforme, que datan del s.XV a. C. aproximadamente. Estas tablillas contienen registros públicos, archivos privados y decisiones legales relativas a cuatro generaciones de pobladores que dominaron el área. Importantes datos en cuanto a la economía, política y costumbres, se encuentran en ellas. Estas dos ciudades estudiadas por los arqueólogos en los años mencionados, nos proveen de varios ejemplos que confirman la exactitud histórica de la Biblia, en cuanto a la historia del Antiguo Testamento.

¿Y QUÉ?
Si Lucas es confiable en cuanto a hechos que pueden verificarse físicamente a través de la arqueología, tenemos razones poderosas para poder confiar en él respecto a cosas del espíritu que también escribió en su evangelio. Por ejemplo, él nos cuenta que Jesús dijo que sería crucificado (Lucas 24;7), y que lo sería por nuestros pecados (los suyos y los míos, amable lector). Esto lo encontramos en Lucas 22;20. También nos dice que Jesús resucitó después de pagar por nuestras culpas, y encargó a sus discípulos que prediquemos el arrepentimiento y el perdón de los pecados (Lucas 24;46-47). De manera que aprovecho la evidencia arqueológica de que aquí he tratado brevemente, para cumplir por este medio el mandato que Jesús nos dejó. Le invito a que se arrepienta de sus pecados y crea en el sacrificio que Jesús hizo por usted, para que sea perdonado y tenga vida eterna.

Para saber cómo acercarse a Dios, oprima aquí.

Para ver muchos casos de descubrimientos arqueológicos que respaldan la veracidad histórica tanto del Antigüo como Nuevo Testamentos, opriman aquí.

Para ver más, visiten este enlace provisto por Christian Answers en español: Aquí.

Por todo lo anterior, coincidimos con Werner Keller cuyo libro poseemos y hemos consultado en muchas ocasiones: “Y la Biblia tenía razón”.



Recuerden: “Creer es también pensar”.

Saludos.