sábado, 7 de febrero de 2009

No es difícil para Jehová


Bienvenidos. Me permito poner a su disposición, un sermón que recién he tenido la oportunidad de presentar en la congregación. Espero sea útil.





“NO ES DIFICIL PARA JEHOVA”

(1 Samuel 14;6-7)

De la lectura de este pasaje y su contexto, se desprende la siguiente lección para la iglesia:


“Confiemos en el poder de Dios y no en nuestras propias fuerzas, y superaremos los grandes retos que tenemos por delante”.


En esta historia vemos dos tipos de creyentes…


EL CREYENTE DESCONFIADO DEL PODER DE DIOS

  1. Pone (el creyente desconfiado del poder de Dios), su mirada en el tamaño de los retos. Saúl e Israel miran el tamaño del ejército filisteo (13;5,6a). 30,000 carros y 6,000 hombres de a caballo. ¡Enorme ejército, enorme reto delante del pueblo de Dios!
  2. Pone (el creyente desconfiado del poder de Dios), su mirada en sus pocas fuerzas. Saúl contaba solo con 600 hombres (13;15b). Además de sus escasos números, no tenían armas adecuadas (13;19-22). Al parecer, una política de los filisteos para con los pueblos que habían vencido en batallas previas, era capturar a los herreros que podrían equipar de armas aceptables a sus enemigos. Así que el grueso del ejército de Saúl solo contaba con armamento básico, arcos y hondas para lanzar piedras.
  3. Se atemoriza, el creyente desconfiado del poder de Dios, se esconde, deserta y paraliza como resultado de lo anterior. Al poner su mirada en el tamaño del reto que tiene delante y al mirar a sus pocos recursos, los israelitas se esconden y tiemblan. Incluso algunos se pasan al campo enemigo (13;6,7). El que debía dar el paso para avanzar, Saúl el líder del ejército, se paraliza (14;2).
  4. Iglesia: ¿seremos creyentes desconfiados del poder de Dios? Tenemos enfrente un reto grande: salvar y edificar las almas eternas. Salvar y edificar, esa es nuestra misión y reto. Tenemos mucha oposición ante ello, un gran ejército adversario (1 Tesalonicenses 2;2. Filipenses 1;28 ). Tenemos pocos recursos desde el punto de vista humano. ¿Miraremos el tamaño del reto? ¿Miraremos a nuestros pocos recursos? ¿Nos atemorizaremos, esconderemos, desertaremos y paralizaremos por ello?

EL CREYENTE CONFIADO EN EL PODER DE DIOS

  1. Pone su mirada no en el tamaño del reto ni en el de sus pocas fuerzas, sino… ¡en el tamaño de su Dios! (14;6). Este creyente lo encontramos en la persona de Jonatán. Él dice a su escudero al invitarle a pasar al campo enemigo para iniciar el ataque: “No es difícil para Jehová salvar con muchos o con pocos”.
  2. Actúa en base a su confianza en Dios. Jonatán avanza intrépidamente. Este valiente creyente no se limita solo a las palabras, sino que…¡actúa! Avanza demostrando así de manera práctica su fe.
  3. Contagia su confianza a otros. Primero, el creyente confiado en Dios, solo contagia a su paje (14;7), después a Saúl y al ejército (14;20), posteriormente a los desertores que se habían pasado al campo enemigo (14;21) y por último contagia con su fe en Dios hasta a los temerosos (14;22).
  4. Es respaldado por Dios para darle la victoria (14;23). Dios interviene al ver la fe de Jonatán que demuestra al avanzar en el ataque. Hace temblar la tierra y confunde al enemigo ayudando a Jonatán y su escudero a avanzar y vencer.
  5. Iglesia: aprendamos a ser creyentes confiados en el poder de Dios, pues ¡no es difícil para Jehová salvar con pocos o con muchos!Pongamos la mirada en el tamaño de nuestro Dios, y no en el tamaño de la tarea y de nuestras fuerzas. Cuando venga la duda o el temor diga: ¡“No es difícil para Jehová”! Actuemos en fe, sabiendo que Dios confirmará nuestros pasos. Decidamos hablar de Cristo a otros, descubramos nuestros dones y sirvamos en uno de los ministerios de la iglesia. Salvemos y edifiquemos las almas. Contagiemos a otros al actuar así (a los tímidos, a los dudosos, a los que han pensado en alejarse de la iglesia) y Dios nos respaldará y nos dará la victoria. Al principio transmitiremos nuestro entusiasmo quizá solo a uno (como Jonatán a su escudero), luego nuestro célula cobrará ánimos y después… ¡la iglesia entera! Hasta llegar a los desanimados y los que se estaban yendo al lado enemigo. ¡Qué gran victoria nos espera!


Recuerda iglesia: ¡No es difícil para Jehová salvar con pocos o con muchos!