sábado, 25 de abril de 2015

¿Receta primitiva?



Mi hijo menor, Axel, de 10 años, al lado de una réplica del aparato de Stanley Miller

Hace un par de semanas, mi familia y yo visitamos el "Laberinto de las ciencias y artes" en un conocido parque de la ciudad donde radicamos, San Luis Potosí, México. Fue maravilloso ver, en compañía de ella, cómo las ciencias han facilitado la vida en muchos aspectos a los seres humanos.

No obstante lo anterior, nos topamos con esta exhibición titulada "¿Receta primitiva?", la cual da por sentado -erróneamente, desde luego-, que los científicos han producido vida en el laboratorio, haciendo innecesario al Creador. Permítame demostrar a continuación, por qué digo erróneamente:

Una de las historias que aún se acostumbra mencionar en los salones de clase y los libros de texto para tratar de establecer la teoría de la evolución como un hecho, e indirectamente "socavar" la creencia en la creación en el ánimo del creyente, es la del famoso experimento de Stanley Miller.

Miller era un investigador en la universidad de Chicago, que por el año de 1953, bajo condiciones de laboratorio controladas, trató de simular la atmósfera primitiva de la tierra, con el objeto de ver si la aparición de vida en ella pudo ser espontánea a partir de un caldo "primitivo" (el aparato que aparece en el video). ¿El resultado? produjo algunos aminoácidos. Los aminoácidos son componentes de las proteínas, y las proteínas forman parte de los seres vivos. Pero, ¿significa esto que se creó vida con ello? ¿Se demostró con este experimento que la teoría de la evolución es cierta? Ni de cerca.

Los problemas del experimento fueron: (1) Materiales equivocados, (2) Condiciones equivocadas y (3) Resultados equivocados. Veamos.

Materiales equivocados

Se eligieron el metano, amonio, hidrógeno y un poco de vapor de agua y se colocaron en la atmósfera artificial para el experimento. Los expertos ahora saben que estos gases no pudieron haber estado presentes en cantidades grandes en la atmósfera original de la tierra. El amonio se hubiera descompuesto por la luz ultravioleta y el metano se hubiera encontrado atrapado en el barro sedimentario antiguo. Además, en el experimento controlado no se incluyó el oxígeno porque éste hubiera destruido las moléculas que se estaba buscando producir. La cuestión aquí es que resulta totalmente seguro que en la atmósfera primitiva estaba presente el oxígeno. Así que se consideraron los materiales equivocados en la experimentación.

Condiciones equivocadas

Miller hizo descargar periódicamente una chispa sobre los elementos seleccionados para combinarlos (Axel oprimió "el rayo"), simulando la atmósfera de la tierra en su estado primigenio. El problema es que esa descarga eléctrica que reúne los elementos y produce aminoácidos, también los desbarata ya que en la naturaleza los rayos continúan cayendo. Para evitar que el producto fuera eliminado, el aparato de Miller contaba con una especia de trampa o receptáculo diseñado (en el video, tenía una etiqueta titulada "Océano"). Éste tenía el propósito de aislar los aminoácidos producidos, antes que otra descarga eléctrica lo deshiciera. Pero esto de aislar el producto del experimento para que sea preservado de condiciones adversas destructivas, no sucede en condiciones naturales, ni por azar. Tiene que intervenir una inteligencia para hacerlo.

Resultados equivocados

Los resultados obtenidos fueron erróneos. Lo que el científico obtuvo en el laboratorio fueron algunos aminoácidos. Se ha dicho ya que los aminoácidos son componentes de las proteínas, y las proteínas forman parte de los seres vivos. El problema con el experimento en cuestión es que se obtuvieron aminoácidos de dos clases, dextrógiros (D) y levógiros (L). Para efectos prácticos, éstos se han comparado con las manos derecha e izquierda. No obstante, los seres vivos solo usan aminoácidos de la forma L en sus células. De manera que el resultado de Miller nunca hubiera podido dar lugar a proteínas y células base para organismos vivos.



Habrá usted notado que enfaticé algunas palabras y frases en la explicación del experimento anterior, tales como eligieron, controlaron, colocado, intervenir. Con ello deseo resaltar el hecho de que el experimento en su totalidad fue manipulado de manera inteligente en, por lo menos, lo siguiente: selección de los materiales y protección del resultado. Situaciones que no hubiesen sido producto del azar en condiciones naturales, sino solo de una inteligencia que interviene en el proceso. El caso es que la teoría evolucionista deja fuera a la inteligencia de los procesos que explican la vida y sostiene que únicamente la suerte intervino en ello. Cuestión que no puede, desde luego, sustentar la experimentación de Stanley Miller.

Es indudable que hay un Dios creador (escuche aquí abajo el audio relacionado a este post) quien se humanó en la persona de Jesucristo (1 Timoteo 3.16) para ser sacrificado en la cruz por nuestros pecados (1 Corintios 15.3-4). Los suyos también, amable lector. Él requiere nuestro arrepentimiento puesto que un día será nuestro juez (Hechos 17.30-31). ¿Se arrepentirá y le aceptará con fe como su Salvador?

Opriman el reproductor a continuación para escuchar el programa de radio EN FRECUENCIA CON JESÚS, relacionado con este tema, titulado: "¿Por qué creer en la creación y no en la evolución?".



Recuerden: “Creer es también pensar”.

Saludos.