sábado, 29 de mayo de 2010
Prohibido pensar
Quiero agradecer los comentarios (favorables y adversos) que he recibido de los lectores del blog. Ningún otro post ha despertado tantos en uno u otro sentido como el titulado «Criterios equivocados al decidir la verdad religiosa». Hay quien me ha invitado a ser su amigo, quien me ha dicho que lo ha leído más de una vez y que lo recomendará, pero también hay quien ha reaccionado de manera áspera (casi agresiva). Y es de entenderse y esperarse, puesto que el tema que aquí se trata es el religioso. Agradezco todas estas reacciones puesto que me dicen que están leyendo lo que escribimos.
Hoy deseo centrarme en comentar brevemente y con el mayor de los respetos, la reacción adversa que uno de nuestros lectores nos hizo saber a través de correo electrónico (aún seguimos intercambiando correspondencia vía e-mail respecto al tema). Uno de sus muchos y valiosos comentarios me servirá para el presente post.
Nuestro amigo (miembro de la iglesia popular) me escribía, entre otras cosas, lo siguiente en uno de sus comunicados:
«...Como tú dices, el diagnóstico y la cura estan ahí. Perfecto, eso quiere decir que tienes que seguir las indicaciones al pie de la letra, ok? Entonces no puedes reflexionar el asunto por tí mismo porque el diagnóstico ya está hecho y es una herencia y está en nuestra religión. No tienes por qué desviarte a tu antojo». (Énfasis añadido).
Deseo compartir con ustedes parte de la respuesta que ofrecí al comentario que he descrito anteriormente, y ampliarla un poco más. Veamos.
«...Ese es un gran problema con el hombre,...: No pensar por sí mismo..., eso es causa de muchos males en nuestra sociedad en todos los niveles, especialmente el religioso... Y es precisamente el pedirle a sus feligreses que NO PIENSEN POR SI MISMOS la principal característica de una secta (nuestro amigo me acusaba de ser sectario). Mira lo que dice La Biblia sobre el pensar por sí mismo y no hacer caso de todo lo que se nos enseña en: 1 Corintios 14.29, 1 Tesalonicenses 5.19 y 20. Incluso la enseñanza de un apóstol era comparada con La Escritura en Hechos 17.10 y 11…».
Por fortuna, la Biblia no prohíbe a los cristianos pensar por sí mismos cuando se les presenta y propone para su práctica, alguna enseñanza religiosa. Antes bien, comunica con carácter de mandato el escuchar y analizar para decidir. Voy a citar a continuación los tres pasajes que usé en mi respuesta a nuestro lector. Utilizaré en las citas a continuación únicamente versiones católicas:
En cuanto a los profetas, que hablen dos o tres, y los demás hagan un discernimiento. (1 Corintios 14:29. Biblia latinoamericana 95).
La palabra griega que se usa aquí para «discernimiento» (diakrino) significa «discriminar, separar, examinar, interrogar, dudar». Y todo ello para decidir. Esto es, el apóstol Pablo mandaba a los creyentes que cuando oyesen a uno que se decía profeta y que traía mensajes de parte de Dios, fueran capaces de oirle (no prohibía el oirle) con una actitud de análisis. Y para poder hacer esto es necesario pensar por sí mismo.
No apaguen el Espíritu, no desprecien lo que dicen los profetas. Examínenlo todo y quédense con lo bueno. (1 Tesalonicenses 5:19-21 Biblia latinoamericana 95).
Casi no es necesario ampliarme sobre el significado de la palabra «Examínenlo». Me parece ser muy clara para todos nosotros. Sin embargo, comento brevemente. La palabra «dokimazo» significa probar, someter a prueba, con la expectación de aprobar. También implica ejercer la capacidad de pensar por uno mismo. San Pablo no rechaza el acto de escuchar a los que se dicen profetas ni su mensaje. Lo que pide es probar, someter a prueba con la expectación de aprobar si es que esto es correcto.
Como quiera, los hermanos, sin perder tiempo aquella noche, hicieron partir a Pablo y a Silas para Berea. Los cuales luego que llegaron, entraron en la sinagoga de los judíos. Eran éstos de mejor índole que los de Tesalónica, y así recibieron la palabra de Dios con gran ansia y ardor, examinando atentamente todo el día las Escrituras, para ver si era cierto lo que se les decía. (Hechos 17.10-11. Biblia de Félix Torres Amat).
En este pasaje, escrito por san Lucas el evangelista, se utiliza nuevamente la palabra «Examinar» cuya descripción griega ya he presentado al comentar 1 Tesalonicenses 5.19-21 («dokimazo»). Sin embargo quiero llamar su atención al conjunto de la frase que describe Lucas. Habla de personas que aceptan con gran deseo el mensaje del apóstol y que sin embargo, filtran las palabras de éste a través del estudio concienzudo de las Escrituras. No oyen y aceptan sin análisis. Todo lo contrario, examinan, interrogan, prueban, y deciden en base a lo anterior. Y por ello son alabados por el evangelista al decirles que fueron «de mejor índole». No aceptan todo lo que se les pone por delante sin más.
Lo que deseaba explicar en el post bajo análisis, es que la herencia religiosa que hemos recibido debemos examinarla, probarla a la luz de lo que los apóstoles enseñaron. El antídoto a nuestro gran mal (el pecado) está dado en las palabras y enseñanzas de los apóstoles y sobre todo, de Jesús. Resta que comparemos lo que se nos ha enseñado y hemos aceptado como herencia religiosa, con lo que se explica claramente en el Nuevo Testamento. Conviene pues que nos preguntemos ¿corresponde lo que he creído y he estado practicando, con lo que enseñaron los apóstoles en el Nuevo Testamento? ¿He probado, examinado, analizado con el ánimo de decidir si es correcto (como lo recomiendan los apóstoles), lo que me han enseñado y he creído toda mi vida? El decidir después de analizar no sólo evitará que tengamos una fe y práctica equivocadas, sino incluso, cuando estemos seguros de seguir el credo correcto, evitará que seamos objeto de abusos por parte de líderes que no se ajustan al perfil bíblico (cosa muy común en América Latina y especialmente en nuestro amado México, sin excluir otras localidades).
Creo que es precisamente el aceptar de manera ciega y sin una comparación previa con la enseñanza apostólica lo que supuestos líderes religiosos enseñan, lo que conduce al sectarismo y también al fanatismo religioso. Por todo lo antes expuesto considero que no se prohibe pensar.
De ahí que la propuesta del blog sea CREER ES TAMBIEN PENSAR.
TEMAS RELACIONADOS, OPRIMAN AQUI Y AQUI.
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