sábado, 14 de febrero de 2015
Rivales de Jesús
«Fue un hombre famoso en su tiempo en todo Oriente, promulgó la paz entre los hombres, tuvo un gran número de seguidores, realizó milagros inexplicables desde la razón, luchó contra los poderosos que oprimían al pueblo, curó enfermos y devolvió la vida a los muertos. Finalmente, fue juzgado por un tribunal romano y nada se sabe de su cadáver.
El protagonista de estos hechos podría perfectamente ser Jesucristo, base fundamental de algunas de las religiones más importantes del planeta. Sin embargo, la persona que se corresponde a lo anteriormente citado es Apolonio de Tiana, un misterioso personaje cuya vida es tan apasionante como desconocida es su figura en la actualidad.»
Así inicia el relato en una página web de esoterismo y continúa presentando una breve biografía de Apolonio. Termina mencionando que este filósofo es el otro Jesucristo. Otro sitio web, en la famosa red social Facebook, presenta un breve artículo el cual termina etiquetando a este personaje como el verdadero Jesucristo. Pero, si aplicamos los criterios de historicidad a las fuentes documentales sobre Apolonio, ¿resisten el análisis crítico? Veamos.
Hace ya algún tiempo había visto en Discovery Channel un documental titulado Los Rivales de Jesús, de la serie La Biblia Secreta. En suma, lo que el documental pretende es darle a entender al público que en el primer siglo había varios competidores de Jesús por el puesto de Mesías, entre ellos Apolonio de Tiana, y que si al final ganó Jesús se debió a un buen aparato de marketing publicitario.
El documental tiene una duración de aproximadamente 47 minutos y se puede encontrar publicado en varios sitios web, con sus respectivos comentarios de los visitantes (Para verlo completo oprima aquí). Por cierto, la gran mayoría - por no decir todos- son del tipo: «¡Vaya si nos han engañado todo el tiempo con esto de Jesús!» O bien, «Así como ganó Jesús, bien pudo haber ganado Apolonio». El material se divide en la descripción de varios supuestos Mesías y su correspondiente comparación con Jesús, de los cuales el primero es Apolonio. Me voy a ocupar de analizar lo relativo a éste, para posteriormente hacerlo con el resto en futuras entradas de este espacio. Para tener una probadita de seis minutos de la primera parte que corresponde a Apolonio, aquí tienen el primer video:
Los historiadores aplican, entre varios otros, por lo menos cuatro criterios para determinar si un texto antiguo, que narra la vida de algún personaje bajo estudio, es digno de confianza: (1) la fecha de escritura, (2) la conexión geográfica, (3) la exactitud cultural y por último (4), las motivaciones del escritor. En otra parte de este blog, tratando el tema acerca de la veracidad de las palabras de Jesús, mencioné que a los evangelios se les han aplicado por lo menos siete criterios de investigación (no solo cuatro), para ver si son registros fieles de las palabra de Cristo (opriman aquí para ver el detalle). Voy a proceder a aplicar (solo algunos de los criterios historiográficos que usan los expertos) a los registros acerca de Apolonio, para ver qué tan bien parados salen del análisis histórico. Veamos.
LA FECHA DE ESCRITURA
De acuerdo a la poca información con que contamos acerca de la vida de Apolonio, éste nace alrededor del año 3 antes de la era cristiana y muere en el año 97 d.C. Su único biógrafo, Flavio Filóstrato, nace aproximadamente en 170 y muere cerca del 249 de nuestra era. No se sabe con exactitud cuándo escribió la biografía del filósofo de Tiana, pero dadas las fechas anteriores es muy probable que la haya escrito por lo menos 150 años después de los hechos. Si bien es cierto que esto de escribir un siglo y medio después de lo acontecido no es una garantía de desarrollo legendario, sí arroja muchas dudas acerca de la veracidad de los actos que están siendo registrados.
Curiosamente, los eruditos liberales que se han esforzado en atacar los evangelios, han tratado de fecharlos a inicios o mediados del siglo II, tratando con ello de demostrar que contienen elementos míticos por el solo hecho de haber sido escritos cien años después. Este esfuerzo ha resultado inútil a través de los siglos, ya que ha quedado bien demostrado que las biografías de Jesús fueron escritas a partir del año 50 (en el caso del evangelio de Marcos) y hasta el año 90 (en el caso del evangelio de Juan) de nuestra era. No obstante lo anterior, en las cartas de otros escritores del Nuevo Testamento como Santiago y algunas del apóstol Pablo (que fueron escritas antes que los evangelios, a partir del año 48 d.C.) encontramos mucho material que coincide con los relatos evangélicos. En ellas encontramos también material digno de confianza que describe a Jesús como Dios humanado, muriendo por los pecados del mundo y resucitado tres días después de su ejecución, tan cerca de los hechos como de tres a cinco años después de éstos (Jesús murió y resucitó en 33 d.C. aproximadamente).
Compare por favor el lapso de tiempo entre la ocurrencia de los sucesos y su escritura, tanto en el caso de la vida de Apolonio (150 años después), como en el caso de la vida de Jesús (18 años, que incluye material que se remonta a 5 años después), y empiece a formar su criterio.
LAS FUENTES HISTÓRICAS ACERCA DEL PERSONAJE
Otro criterio de análisis histórico que se usa para probar la fidedignidad de algún documento, es el de la atestación múltiple. Es decir, verificar si hay varios testigos independientes de lo que se narra. En el caso de Apolonio de Tiana, solo contamos con una fuente que narra su vida, Flavio Filóstrato, y lo hace -como ya indicamos-, 150 años después. No se conoce otro autor además del ya citado, que pueda corroborar lo que éste narra. Al parecer no hay otra mención en las páginas antiguas acerca de esta figura filosófica.
En el caso de Jesús contamos con cuatro evangelios, cuatro documentos distintos que además pueden ser confirmados por material que encontramos en las cartas del apóstol Pablo, que como ya dijimos, algunas de ellas fueron escritas antes que los evangelios y coinciden sorprendentemente con estos.
Además, como expliqué en otra parte en este blog tratando el tema de "¿Existe la figura de Cristo en documentos no bíblicos?" (oprima aquí para ir a dicha entrada), el material que aparece en los evangelios y las cartas apostólicas coincide sorprendentemente con fuentes fuera de la Biblia que hablan acerca de Jesús. Ejemplo de ello son Cornelio Tácito, Suetonio, Plinio el joven (paganos adversos al cristianismo) y Flavio Josefo (judío nunca convertido a la religión cristiana), entre otros, a partir de cuyos escritos se deduce acerca de Cristo lo siguiente: era un maestro judío; mucha gente creía que sanaba y expulsaba demonios; los líderes religiosos judíos le odiaban; fue crucificado bajo Poncio Pilato en el reinado de Tiberio; a pesar de que murió de forma vergonzosa, sus seguidores, que creían que aún estaba vivo, fueron más allá de Palestina: en el año 64 d.C. había muchos de ellos en Roma, a principios del siglo II muchos tipos diferentes de gente -de la ciudad, del campo, hombres y mujeres, libres y esclavos- le adoraban como Dios. Todos estos datos han sido extraídos no de los evangelios, sino de fuentes fuera del Nuevo Testamento (y fuentes contrarias a la fe cristiana), pero son totalmente coincidentes con él.
Compare el número de las fuentes que nos hablan de la vida de Apolonio y de la vida de Jesús y forme su propia opinión.
LAS MOTIVACIONES DEL ESCRITOR
¿Tenía el escritor algún interés creado para mentir en sus registros? En el caso de Filóstrato sabemos que escribió la Vida de Apolonio por encargo y patrocinio (quizá dinero de por medio) de la emperatriz Julia Domna, esposa del emperador Septimio. Ella era seguidora de Apolonio y trataba de conseguirle publicidad para construirle un templo. Esto ya de por sí nos hace sospechar acerca de los motivos del biógrafo.
En el caso de los apóstoles, ¿qué ganacia pudieron perseguir al redactar los evangelios? Imagine su trabajo tratando de convencer a judíos monoteístas que el Único Dios se había manifestado en forma humana, y que venía a este mundo, no a aplastar a los enemigos romanos que los habían pisoteado durante siglos, sino a amar al enemigo, bendecir al que los maldecía y poner la otra mejilla. En el caso de convencer a un pueblo sobre la divinidad de Cristo, eso hubiera sido fácil, muy fácil, en el mundo grecorromano, pero no en el judío. Solo piense cómo reaccionaron los judíos ante Jesús (según los evangelios) cuando dijo que podía perdonar pecados, una atribución que sólo Dios puede tener (Marcos 2.5-7). Véase el registro evangélico en Juan 10.31-33.
Ahora, ¿qué ganaron los apóstoles al predicar la divinidad, vida y ministerio salvador de Jesucristo? Solo vea estas cuantas referencias: Cárcel (Hechos 4.1-3); amenazas (4.17-21); peligro de muerte (Hechos 5.33); azotes (Hechos 5.40). ¡Por Dios, se necesita estar demente para perseguir ese tipo de ganancias por escribir y predicar mentiras, sabiendo que eran mentiras!
Respecto a que Jesús ganó reconocimiento posterior en la historia y Apolonio no lo obtuvo debido a que los cristianos fueron buenos publicistas, véase el tema "¿La historia la escriben los vencedores?", que ya tratamos en otra entrada del blog (oprima aquí). Ahí hago una descripción del maltrato que la iglesia cristiana primitiva (no la católica, que nacería casi 200 años después) sufría por la sociedad judía, la sociedad pagana y también por las autoridades imperiales. Solo basta leer la descripción que hace Cornelio Tácito acerca del emperador Nerón, cuando culpó a los cristianos del incendio de Roma.
Amable lector, compare las posibles ganancias que pudo haber tenido en mente Filóstrato para escribir la Vida de Apolonio por patrocinio de la emperatriz, y las posibles «ganancias» que persiguieron los biógrafos de Jesús, y forme su punto de vista después de reflexionar.
LA PERSPECTIVA DEL ESCRITOR
Al escribir Filóstrato -como ya lo dijimos anteriormente-, por lo menos 150 años después de los supuestos hechos, no tiene la perspectiva tan cercana como la de un testigo ocular. De ahí que su narración ofrezca con buena frecuencia frases del tipo «Se dice que», como en el caso de la supuesta resucitación de una jovencita. Para leer el documento pulse aquí (lamento no haber conseguido el texto en español para ustedes. Solo conozco la edición de Gredos, pero no está disponible su descarga en internet, solo su venta impresa).
En el caso de las biografías de Jesús, contamos con todas las pruebas que demuestran haber sido escritas por testigos de los hechos. Véanse por ejemplo los siguientes casos: 2 Pedro 1.16-18 (los relatos de Pedro sirvieron de base para la redacción del evangelio de Marcos) y 1 Juan 1.1-3 (se trata del mismo autor del evangelio de Juan). Además, la arqueología ha demostrado que las biografías de Jesús describen correctamente lugares, costumbres, personajes, etc. que corresponden al siglo primero antes del año 70 d.C. (cuando ocurrió la destrucción del templo de Jerusalén por el general romano Tito). Se apegan pues a la perspectiva del testigo ocular. (Para ver la importancia de la arqueología para la Biblia, oprima aquí para ir a "La ciencia de Indiana Jones y La Biblia").
CONCLUSION
Recapitulemos, ya para terminar, lo que tenemos aquí. Por un lado, la biografía de un supuesto digno rival de Jesús escrita por lo menos 150 años después, única y sin apoyo de ningún otro documento conocido que la respalde o confirme. Su escritor pudo haber tenido motivos oscuros para lucrar con la narración. O por lo menos las circunstancias en las que escribió se prestaban para ello. Además, su narración carece de la perspectiva de alguien que fue testigo de los hechos y por tanto recurre repetidas veces a la suposición.
Por el lado de los evangelios tenemos biografías redactadas por testigos oculares, en el lapso de tiempo en el que muchos que observaron los hechos vivían aún. Algunos de los evangelios de Jesús estaban ya en circulación tan temprano como el año 60 d.C. y la Vida de Apolonio se escribió alrededor del 200 d.C. En virtud de lo anterior ¿qué es más probable?, ¿que Jesús haya copiado de Apolonio o que Apolonio haya copiado de Jesús? Contamos con varias fuentes cristianas y con varias fuentes fuera de la iglesia que narran los mismos hechos (y lo más importante, eran fuentes adversas al cristianismo), y que confirman la narración de los evangelios. Además, el estudio detenido acerca de los motivos que pudieron tener los escritores de las biografías de Jesús nos indica que estaban expuestos constantemente a amenazas, cárceles, azotes, tortura y muerte violenta por predicar su mensaje. Por lo cual concluímos que estaban hablando verdad.
Jesús es abismalmente distinto a cualquier otro líder o maestro religioso. Solo Él ha estado con sus seguidores siempre, es el único que ha resucitado de los muertos, el único que ha perdonado pecados (desea perdonar los suyos también si se arrepiente y confía en Él. Oprima aquí) y solo en Él encontramos a Dios de manera humana (oprima aquí para ver el artículo "Por qué es Jesús tan especial"). Pienso que el considerar a Apolonio de Tiana como un rival de Jesús es solo el resultado de la superficialidad. Jesús siempre ha sido y seguirá siendo noticia. Es por ello que los editores de revistas y documentales populares se esmeran en sacarle el mayor provecho posible, vendiendo información sensacionalista del tipo Código Da Vinci, que tiene poco o ningún sustento histórico serio. Y muchas personas que están predispuestas contra el cristianismo deciden tragar fácilmente el anzuelo sin reflexionar en el material que la televisión les presenta. ¿O usted que piensa?
Recuerden: Creer es también pensar.
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